Capitulo 4: Secretos y Descubrimientos.

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Goku se sentía un poco incómodo, sin saber exactamente cómo había terminado en esta situación tan inusual. El bullicio del centro comercial a su alrededor no ayudaba a calmar sus nervios, y la firmeza con la que Shan, la hermana menor de Ying, lo sujetaba del brazo lo hacía sentir aún más fuera de lugar. La joven lo arrastraba con entusiasmo por los pasillos, ignorando por completo su evidente incomodidad.

—¡Mira, cuñadito! ¡Eso es muy bonito! —exclamó Shan, señalando con una sonrisa radiante un escaparate lleno de coloridas prendas que brillaban bajo las luces del centro comercial.

Goku solo pudo forzar una sonrisa mientras asentía, aunque en su interior se preguntaba cómo había sido posible que lo arrastraran a una situación tan peculiar. La curiosidad y las miradas indiscretas de la gente que pasaba no se hicieron esperar; después de todo, no era común ver a un hombre paseando con dos mujeres tan atractivas como Ying y Shan.

Ying, por su parte, caminaba un par de pasos detrás de ellos, con los brazos cruzados y un ceño que se volvía más pronunciado con cada segundo que pasaba. La situación en la que se encontraba le resultaba irritante; por alguna razón, sentía que estaba siendo excluida por su propio novio y su hermana menor, y eso era algo que no le gustaba en absoluto.

Para calmar su creciente frustración, Ying se inclinó ligeramente y pellizcó con fuerza el costado de Goku, quien dejó escapar un leve quejido y se detuvo en seco.

—¡Oye, eso duele, Ying! —protestó Goku, llevándose la mano al lugar donde había sido atacado—. ¿Por qué hiciste eso?

Ying lo miró con una mezcla de enfado y celos mal disimulados. Sus ojos chispeaban con una intensidad que Goku rara vez veía en ella.

—Parecías tener cara de idiota estando con mi hermana —respondió Ying con un tono frío mientras desviaba la mirada—. Es por eso que lo hice.

Goku no entendió del todo la reacción de Ying, pero antes de que pudiera volver a hablar, Shan, como era costumbre, se adelantó con su característica energía.

—¡Mira, cuñadito! Vamos a esa tienda de ropa a comprar algo —exclamó Shan, sin esperar respuesta, y con un tirón decidido, arrastró a Goku hacia la tienda más cercana.

Ying los siguió en silencio, pero el ceño fruncido en su rostro dejaba claro que no estaba disfrutando de la situación. Cada paso que daba detrás de ellos solo intensificaba su irritación.

Al entrar a la tienda, fueron recibidos con una sonrisa por una amable vendedora.

—¡Bienvenidos! ¿En qué podemos ayudarles? —dijo la vendedora con cortesía.

Shan, siempre dispuesta a captar la atención, no perdió la oportunidad de hacerse notar.

—¡Hermana, ayuda al cuñado a elegir algunos bóxers! —gritó con entusiasmo, asegurándose de que todos en la tienda pudieran escucharla.

Goku sintió una gota de sudor recorrer su sien, la energía inagotable de Shan era realmente algo digno de admiración, aunque a veces también un poco abrumadora.

Por su parte, Ying se veía más molesta que nunca. Sabía perfectamente que su hermana lo hacía con la intención de fastidiarla, y aunque se esforzaba por no mostrarlo, la verdad era que Shan lo estaba logrando con creces.

La vendedora, curiosa por la dinámica entre los tres, decidió intervenir con una pregunta que hizo que Ying apretara los dientes.

—Entonces, ¿es tu pareja? —preguntó la vendedora, dirigiéndose a Ying, quien asintió lentamente, tratando de mantener la compostura.

—Sí, lo es —respondió, con un suspiro contenido. Ying dio media vuelta hacia Goku, su mirada dura suavizándose solo un poco mientras trataba de concentrarse en la tarea en cuestión—. ¿Cuál es tu talla?

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⏰ Última actualización: Aug 22, 2024 ⏰

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