Amor Confuso. 🪴-Theoville Fanfiction (Español)

CARTAS Y AROMAS

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Enfermería

Neville despertó somnoliento y aturdido en una camilla de la enfermería de Hogwarts. Miró a su alrededor y vió las demás camas que había en la sala, aunque todas estaban vacías. Estaba completamente solo, el silencio lo rompía solamente la respiración de Neville.

Giró su cabeza un poco al escuchar un sonido a su lado. Junto a él, en una mesita de luz estaba sentado Trevor, su mascota, que al verlo saltó a su regazo. Neville hizo un esfuerzo por moverse y se sentó en la camilla y acomodó mejor a Trevor en su regazo, acariciando su lomo.

Le puso feliz saber que aún en uno de sus peores momentos Trevor seguía a su lado,su mascota. Su mejor amigo. El sapo croaba con cada caricia.

Neville cerró los ojos, cansado. Sentía que su cuerpo se había quedado sin energía y no podía moverse demasiado. Intentó recordar lo que había pasado antes de encontrarse ahí, cerró los ojos con más fuerza, y se llevó una mano a la cabeza, que le dolía un poco.

A medias logró recordar que había ido al salón de herbología, donde se encontró con Crabbe y Goyle, luego alguien llegó y todo fué oscuro. Se maldijo a si mismo, a su vida, su miserable vida. Lamentaba el haber nacido, si el hubiera elegido nunca lo hubiera hecho. Su vida era muy mala, sus padres habían quedado encerrados en el hospital San Mungo, locos a causa de un maleficio imperdonable.

Desde pequeño tuvo que vivir con su abuela, que pensaba que el era un Squib, por no ser bueno en la magia. No tenía muchos a los que llamar amigos, su único acompañante en malos momentos había sido Trevor. Pero Neville también sentía que Trevor quería alejarse de él, ya que siempre se estaba escapando.

Últimamente había estado más triste de lo normal, en clases le iba  terrible, estaba empeorando, le hacían bullying, y nada le salía como debería. Estaba teniendo un bajón emocional tremendo, y no sabía que hacer. Hace tiempo había estado pensando en que el suicidio podría ser una buena posibilidad, ya que nadie lo extrañaría si se iba.

Pero no tenía el valor para hacerlo, no podía irse, quería, pero no podría.

A pesar de que su vida fuera horrible necesitaba seguir adelante, todos sus problemas se irían con el tiempo. Pero era difícil para Neville pensar así, quería irse para Siempre, no volver, dormir y no despertar jamás.

Dejó a Trevor en la mesita de luz y se acostó de lado, mirándolo. No supo quién lo había traído, ni si la persona lo hubiera ayudado. Estaba la posibilidad de que la persona solo lo haya encontrado, y luego haya dejado que los demás lo ayudaran.

Fuera quién fuera tenía que darle las gracias. Si no fuera por ella o el quizá estaría en peor estado. Volteó su vista hacia la puerta, por ella había pasado madam Pomfrey, sonriendo con dulzura. Habló con voz melosa.

—¿Te sientes mejor cariño? Te traje un poco de chocolate. En el cajón de la mesita hay algunas cartas de tus amigos, que bueno que se preocupen por tí.

A esto Neville le dolió, tan solo unos segundos antes había estado pensando en que no tenía amigos y que podría suicidarse y terminar con su vida. Madame Pomfrey le sonrió y dejó el chocolate en la mesita, junto a su sapo.

—Me pidieron que te traiga a tu sapo, dijeron que te haría buena compañía. Ya estás mucho mejor, así que puedes irte hoy si quieres, pero si deseas descansar un poco más puedes quedarte hasta mañana. —Madame Pomfrey dió la vuelta para irse, pero antes de que lo haga Neville había conseguido articular algunas palabras.

—Disculpe, ¿Quién me trajo aquí?

—Oh, fué un chico de Slytherin, pero no me dijo nada de tí. Así que tus amigos ayudaron en reconocer quién eras y esas cosas. — al oírla Neville se paró a pensar un rato, pensaba en cualquier persona de Slytherin que no lo hubiera molestado... Nadie. Todos los de esa casa que estaban en el mismo año que el se habían burlado al menos una vez. Pero había una persona que, a pesar de haberlo molestado, no era tan malo con el, incluso podría decir que era amable.