Un hijo de Hefesto y una hija de Hecate
¿Quien lo pudo adivinar?
En los días más nublados ellos dos se mantenían juntos.
Ellos dos podrían ser diferentes en muchos aspectos, pero eran esas diferencias las cuales los mantenían juntos.
Su amor era tan puro y mágico, el primer amor, ¿quien lo puede olvidar?
El primer amor siempre es algo mágico, es la primera vez que amamos a alguien de una forma romántica.
Althea pensaba que el amor no existía, que sólo era algo que la gente se decía para no sentirse tan vacía, pero luego conoció a Leo.
Aquel chico que se sentía inferior a los demás marcó un antes y un después en su vida.
Ambos habían tenido una niñez triste, pero juntos aprenderán a amar desde cero.
A amarse sin prejuicios o mentiras.
Ambos estaban hechos el uno para el otro.
Un hijo de Hefesto divertido e hiperactivo se enamoro de una hija de Hecate sería y amargada.
Dos polos completamente opuesto complementándose a la perfección.
Dos adolescentes huyendo encontrando su hogar en el otro.
Un hijo de Hefesto y una hija de Hecate, ¿quien lo pudo adivinar?
Dos personas completamente diferentes se conocen.
Dos personalidades juntándose.
Dos adolescentes inestables, siendo un poco más estables estando juntos.
Dos enamorados creando su propia historia, su propia sintonia, su propia melodía, narrando su historia de amor.
Dos adolescentes enamorados bailando a la luz de la noche, jurandose amor eterno.
Dos adolescentes amándose con todo el corazón, amándose hasta su último aliento...