Bien dicen qué las personas nacen puras de corazón... Es la vida la qué se encarga de mantenerlas así o convertirlas en villanos de su propia historia...
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Bill
Después de vivir años de abusos s*xuales y maltratos por parte de desconocidos para beneficio de mis padres adoptivos, llegué a un punto de mi vida dónde toqué fondo, todo lo qué conocía desde qué llegué al mundo era odio, desprecio y maltrato, nadie se había preocupado por mi nunca, estaba harto de este sufrimiento... Mi cuerpo lucia esquelético, mis piernas y brazos tenían moretones y quemaduras de cigarro, pero lo peor era mi salud mental...
Había decidido qué lo mejor era morir, irme de este mundo cruel dónde no hacía falta mi presencia y en dónde nadie me quería...
Lo tenía bien planeado... mi maldita madre adoptiva vino a mi habitación para decirme qué un nuevo cliente esperaba por mi, sentado en el piso levanté la cabeza para mirarla... mi rostro no tenía ninguna expresión y de la nada las lágrimas comenzaron a fluir...
-Tienes 10 minutos para salir de tu cueva estúpido emo, rápido!! Tienes que hacer dinero con ese c*lo
Tronaba los dedos...
Saqué la navaja de mi pantalón, esa qué había guardado con fervor para poder escapar de está tortura
-Qué esperas?, o quieres quedarte de nuevo sin comer jajaja
Una ola de impotencia y coraje invadió mi interior, entre más escuchaba sus palabras... más me desconocía
-Muévete maldito! Tienes qué mantenernos
Por qué debería de suicid*rme?, qué no merezco una vida mejor?, en cambio ellos son una basura, una escoria para la sociedad... Arruinaron mi vida, mi infancia, me robaron la inocencia... Ellos son los qué deberían de pagar, ellos son los qué se pudríran en el infierno...
Con una música de fondo tétrica audible solo para mi, me incorpore poco a poco del piso, respire profundo y me acerque a ella...
-Lo siento mamita querida, pero hoy no quiero trabajar
La tomé del cabello y la coloque de espaldas contra mi pecho, me acerque a su oído para qué escuchará sus últimas palabras...
-Sabes?, Te doy las gracias... si no me hubieras hecho sentir una m*erda con tus palabras me hubiera mat*do, pero tu fuiste la culpable de tu propio destino
La apuñ*le en repetidas ocasiones desquitando todo la furia qué había contenido desde hace tiempo, la sangre salpicaba mi rostro y yo me sentía increíblemente bien...
La tiré al piso, aún estaba con vida cuando levante su falda y quité sus delicadas bragas de encaje y comenze a penetrarla mientras me reía, la satisfacción en mi cuerpo era indescriptible...
