Ecos Fushiguro [ Toji ]

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Advertencia de Contenido: Esta historia contiene escenas de violencia física y emocional, la narrativa explora dinámicas de poder y relaciones abusivas. Incluye temas de abuso, sacrificio y trauma personal.


Mirabas a los ojos a tu señor, Fushiguro. Se limitó a observar la ciudad movida por la ventana. Pasaron quizá los segundos más largos de toda tu vida para oír finalmente un suspiro de tristeza de su parte. Verlo aquí en tu hogar... era confuso, realmente tenía que ser algo de suma importancia como para tenerlo frente a ti.

–Toji...– Te limitas a decir por la sorpresa.– ¿Qué haces aquí? 

–Parece que ahora me tuteas, ¿Huh? – Sonríe amargamente mientras dirige los ojos hasta ti.

Sonó casi como una amenaza. 

Tus pulmones se llenan de aire por la sorpresa de ser atacada de esta forma nuevamente, casi como una orden te arrastras hasta él como un perro buscando las caricias de su dueño. El más viejo se limitó a verte postrada en sus pies, suplicando con la mirada que te tocara. 

–Vine por unas aclaraciones.– Comenta sentándose en el sofá de cuero negro, ignorando por completo tus reclamantes ojos.– Vi que la fiesta de mi hijo hizo que olvidaras por completo el motivo real de tu visita a Japón. 

–No, mi señor.– Gateas hasta él para rozar tu mejilla con la cara interna de su muslo. Toji ni siquiera se inmutaba.– Sé bien a lo que vine, pero aquel hombre tenía que morir. Sacrifiqué a alguno de mis hombres por el bienestar de Megumi, todo por él, y por usted, mi señor. 

– ¿Compensa eso que te acostaras con él luego de salvarlo?– Pregunta indignado– ¿Acaso crees que tienes algún derecho de obtener una recompensa por hacer tu trabajo como un perro fiel? 

–No, mi señor– Respondes firmemente.– Fue un error que no voy a cometer otra ve-¡! 

El más viejo te tomó del cuello dando un leve apretón. Sus ojos irradiaban ira pura, tan solo contienes el aire en tus pulmones. 

Sabes bien que adoraba golpearte como su saco de boxeo, casi como alguna forma de poder sacar toda su ira. 

Adorabas que te prestara atención, amabas poder tenerlo y asumiste que si la única forma de poder tenerlo era portándote mal no dudarías en hacerlo

Tus ojos se desvían hasta la entre pierna de su pantalón, y casi con descaro comienzas a pasar tus dedos por encima de la tela del pantalón, embobada quizá por algún tipo de deseo que no entiendes bien. 

 Él solo se limitaba a verte de aquella forma, recordó así esos momentos en que eras tan solo una novata siendo un experimento. Sus ojos vuelven a la ventana para poder ver nuevamente la ciudad. 

¿Por qué volvió al mismo lugar que tanto había odiado?, pensar en siquiera como su mujer se pondría de estar aquí le daban ganas de vomitar. Al volver a pensar en su esposa mira su anillo de matrimonio que llevaba en su dedo. Era probablemente por esa promesa de hace años que le había hecho que lo llevaba aun después de su muerte. Protegerla por siempre. A ella y al pequeño.

 ¿O acaso se estaba mintiendo de alguna forma por qué su estilo de vida lo estaba consumiendo?

No se podía mentir a si mismo, a ti... a ti un millón de veces te mintió, y no le importaba en absoluto eso.

One Shot [Jujutsu Kaisen +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora