Punto De Quiebre

𝓒𝓪𝓹 17 : Un cuchillo en el pecho. 2/2

"Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado." — Buda

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Ben🍁❤️

Agradezco que la mamá de Kenya me haya ayudado a conseguir trabajo, voy a cumplir los dieciocho y no planeo seguir dependiendo de mi padre para todo.

El único problema es como voy a irme hasta el aeropuerto para trabajar en la cafetería, queda en la otra punta de donde vivo.

Gracias al cielo Daisy me deja quedarme en su departamento un tiempo más, además se ofreció a ayudarme cuando vayamos a buscar las cosas a mi casa.

Mi casa que dejo de sentirse como una.

Entre más rápido consiga empleo, podré irme a alguno de los departamentos que permiten que los estudiantes renten, para casos como el mío o porque algunos vienen de lejos a la secundaria y les conviene quedarse en un departamento que ir y venir.

La tasa para pagar es mínima, y solo tendría que preocuparme por ese precio mínimo, debido que desde que cumpli los diez mamá abrió una cuenta en la que depositaba dinero para cuando fuese más grande, eso se fue acumulando para que pueda servirme para la universidad, comida, materiales y gastos.

Pero, no es eterno.

Entre más ahorre, más dinero tendré para cubrir los gastos necesarios.

Vuelvo a la realidad cuando Oliver se desploma junto a mí en el sillón, apesta a alcohol, aún así no parece muy borracho.

Kenya ni siquiera se voltea y sigue jugando en la play como si nada.

Lo miro y ladeo la cabeza, él no me mira esta concentrado en un punto fijo de la sala.

-¿Qué ocurrió? -gira su rostro y clava sus ojos oscuros en los míos, un escalofrío me recorre la espalda pero intento que no se note.

Se encoje vagamente de hombros pero se ve nervioso.

Que raro.

Parece más cansado que nunca, tiene las ojeras marcadas y un par de raspones en las manos.

Se ha excedido en el entrenamiento... de nuevo.

No se que pero, siento algo raro en él, tiene la mirada vacía pero es como si intentara ocultar algo que no entiendo.

Balbucea algo en voz baja y frunzo el ceño.

-¿Eh? -esboza una pequeña sonrisa y entrecierra los ojos.

Tomo una de sus manos y deslizo mi dedo por una de las zonas rojas, hace una mueca de disgusto.

-Estoy bien -murmura restándole importancia, pero todo de él dice lo contrario.

-Tienes que descansar, Oliver.

Hace un puchero.

-¿Ya no me dices Ollie? -tienes las mejillas enrojecidas por el alcohol y hace que se como un niño pequeño, trago saliva cuando el corazón me late desesperado en el pecho.

Agradezco que Kenya este con los auriculares y concentrada en la pantalla porque me conoce como la palma de su mano, se daría cuenta enseguida.

¿De qué específicamente?.

-No me digas Oliver, siento que me regañas.

-Te estoy regañando.

-Lo sé -apoya su cabeza en mi hombro y me tenso- siempre te preocupas demasiado por todos.