La noticia de que Red Bull se arriesgo al contratar a una mujer para que reemplace a Sergio Pérez luego de su repentina salida del equipo, ronda por todo el mundo entre los fanáticos del deporte.
Lola, es una chica directa y sin miedo a decir lo qu...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
NARRA CHARLES
No no no. No puede terminar así. No quiero que se vaya.
Mis pies estaban fijos al piso y mis ojos es su silueta desapareciendo por el callejón, el anillo que me había devuelto parecía quemar mi mano y mi corazón latia desesperado en lo que mi cabeza maquinaba una rapida solucion a la situación. Podría correr pero mis pies no respondían. Podría gritar pero el nudo en mi garganta apenas y me dejaba respirar. Podría llamarla mañana pero ella no contestaría.
La había cagado, eso ya lo sabía, pero estaba tan asustado de no saber que hacer con mi vida si dejaba la formula 1 que me deje manipular por las palabras de Dino y el miedo que sentía. Aunque el miedo de perderla para siempre era más grande que cualquier otro, claro que no estaba conciente de ese dolor hasta ahora, pero no podia volver el tiempo atrás, lo hecho hecho está y eso solo me hace odiarme más.
Max tenía razón cuando dijo que no la merecía, lo había dicho como una broma cuando les conté sobre el concierto de esa cantante que a ella le encantaba: "Lola es mucho para ti, para cualquiera, pero ella ama con locura, y te ama a ti, no arruines eso." Sus palabras habían sido claras y lo arruine todo.
Lágrimas silenciosas se deslizaban por mis mejillas y ya no sabía que hacer. La gema rosada del anillo que tanto me había esforzado en buscar se veía opaca bajo la poca luz del callejón, no quería moverme de alli, una pequeña parte de mi tenia la esperanza de que ella volviera, me escuchara y me perdonara para volver al hotel y dormir junto con Monza. Habían sido pocos los días que dormimos los tres, pero me había acostumbrado tanto a eso que no podía vivir sin ello. No podía vivir sin Lola.
—¿Charles? Te estuve buscando por todos lados ¿Dónde esta.. —la pregunta de Carlos quedó a la mitad luego de verme. —¿Que te paso?
Tarde un poco en responder, las palabras no querían salir, solo quería quedarme tirado en aquel lugar llorando por horas en silencio, sin que nadie me molestara. Sentí como mi corazón se agrietaba a la par que pronunciaba su nombre.
—Lola... Ella... Ella terminó conmigo. —Dije mostrando el anillo, cada palabra pesaba más que la anterior.
Carlos me abrazo en un intento de reconfortarme. Había hablado con el ayer en el desayuno, le conté todo, detalle por detalle, cada palabra que Dino habia usado en mi contra; "Si no lo haces puedes olvidarte de Ferrari, Formula 1 y de Lola. [...] La casa donde vive es de ambos y con unos papeles la casa puede ser completamente mía y mandarla a la calle. [...] Conozco a Lola como la palma de mi mano, ya verás que con esto se sentirá tan mal que no se presentará en toda la semana. Te recomiendo que pases una linda tarde con ella, como una última cena."
—No te preocupes, lo arreglaran. —Palmeo mi espalda antes de separarse. —¿Quieres volver y tomar un trago?
Negué leve con la cabeza limpiando mis lágrimas. ¿Volver para ver cómo Max me mira con cara de querer matarme? ¿Para ver cómo la mayoría me mira con enojo y lastima? ¿Ver la cara del idiota de Dante? Prefería volver al hotel y encerrarme en ese cuarto hasta cansarme de llorar y volver a Mónaco para estar con mi mamá. Le había contado tantas cosas de Lola hace meses que cuando la conoció y confirmo todo lo que le había dicho la adoro, creo que a la primer pregunta sobre ella voy a romper en llanto.
—Volveré al hotel, no me siento con animos de seguir en la fiesta... —le dedique una sonrisa algo desanimada para marcharme en la misma dirección que Lola.
Mire el anillo una última vez para después guardarlo en mi bolsillo y subir a mi auto de vuelta al hotel. Al llegar solo me adentre en el elevador y apreté un número sin ver, rogando que fuera mi piso, pero no lo fue.
Piso 5, era el de Lola.
—Ya niña, debes calmarte, respira... —le escuché decir a alguien.
Asome mi cabeza por pura curiosidad y pude ver a Horner y Wolff a mitad del pasillo. Mala idea espiar. Cuando Toto se levantó para alzar una tarjeta del piso fue cuando pude ver y escuchar a Lola llorar en los brazos de Horner.
Esa escena, ese factor fue el que me hizo falta para que mi corazón no soportará más grietas y se rompiera completamente, quedando hecho trizas en el vacío de mi alma.
—Esta no es la llave de su habitación.. —dijo Toto.
—Llamare a Max, el debe tener las llaves. —aviso Horner y antes de poder escuchar algo más apreté el botón de mi piso para que las puertas se cerrarán lo más rápido posible.
Una vez en mi cuarto del hotel no me moleste en prender las luces o cambiarme de ropa, camine directo a la cama y me tire. Sentía mi cuerpo más pesado de lo normal, tenía una opresión en el pecho que sumado con el silencio del cuarto hizo que mi mente me jugará en contra y las lágrimas volvieran a salir.
Me sentía ajeno al espacio en donde estaba. Yo no tendría que estar aquí, tendría que estar con Lola, riéndome de como canta borracha en español, como se pone mas coqueta de lo normal para despues dormirse apenas siente mi peso sobre la cama.
Pero querías ser el ganador... Ahora realmente eres el ganador.
El ganador de su odio.
Y aunque lo haya arruinado todo, esto no se iba a quedar así, yo no quería ganar su odio, quería ganar su amor. El amor de Lola. E iba a hacer lo imposible para recuperarla.