La noticia de que Red Bull se arriesgo al contratar a una mujer para que reemplace a Sergio Pérez luego de su repentina salida del equipo, ronda por todo el mundo entre los fanáticos del deporte.
Lola, es una chica directa y sin miedo a decir lo qu...
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16 de octubre 2023 Montecarlo, Mónaco Pov's Charles
Hoy era mi cumpleaños, ese día en el que tienes que estar super feliz, rodeado de las personas que te aman y festejan un año más de tu vida, pero estando acá, en un club con mi familia y amigos, personas que me habían acompañado toda mi vida y otros la mitad de ella, me sentía incompleto. Sentía que algo me faltaba, y eso era Lola.
La había invitado, obviamente, no me importaba que tan enojada estuviera conmigo o que tan idiota haya sido con ella, la quería aquí, riendo junto a mi. Se la quería presentar a mis amigos más cercanos como la chica que me puso el mundo de cabeza, presentarsela a mi hermano mayor como su cuñada favorita, y pasar el resto de la noche abrazado a ella como si hubiera nacido para eso.
A estás alturas la necesitaba tanto que no quería a nadie más a mi alrededor, solo a ella.
—¿Dijo que vendría? —le pregunté a Carlos una vez que me senté a su lado, con la esperanza de que me dijera que ya estaba en camino o que me señalara la puerta para verla entrar usando uno de esos lindos vestidos que suele ponerse luego de media hora decidiendo.
—Vino con nosotros a Mónaco, la dejamos en su departamento pero... —Carlos freno su oración a medio decir para mirar a Max en busca de alguna respuesta, pero este solo se encogió de hombros y nego con la cabeza en señal de que no sabía dónde estaba. —No lo sé, mate.
Solté un suspiro rendido de verla hoy, la conocía, sabía que su intención de venir seguro y se había clavado en su mente hasta que veinte minutos antes de salir algún pensamiento ocupó su cabeza y se quedó, y no la culpaba, existian mil y un razones para que no viniera.
—Pasó por muchas cosas la semana pasada, tal vez y no sé siente bien para venir a una fiesta... —Trato de animarme Carlos, pero eso me puso aún peor, saber por todo lo que había pasado y yo no había estado ahí con ella por el simple pensamiento de que no me querría cerca.
—Lo sé... Espero y disfruten de la noche. —les sonreí como pude, terminando mi vaso de un solo trago para levantarme a buscar otro.
Era mi cumpleaños, no podía estar triste por una chica, pero lo estaba, solo por Lola. Aún así pase el resto de la noche sonriendo y saludando a todos los que llegaban y se iban, cargando con un vacío en el pecho que nadie podría llenar.
Ya había pasado media noche y no llevaba la cuenta de la cantidad de tragos que había ingerido. Mi hermano Lorenzo estaba con la vista clavada en mi como si fuera un halcón fijándose en que no haga ninguna estupidez de la que mañana podría arrepentirme, y cuando se estaba por ir lo dejo a Arthur a cargo, pero ambos sabíamos que eso no iba a servir mucho.
—¿Por qué no vas a casa? Puedo llevarte. —propuso mi hermano mayor y le di un vistazo a todo el lugar antes de verlo a él.
No tenía mucho sentido que me quedara, sería solo para empeorar mi estado, había tomado tanto que ya empezaba a marearme y me costaba ponerme de pie. No quería que el mundo viera cuan patético me sentía sin ella, porque no creo que ellos lo entiendan.
