La noticia de que Red Bull se arriesgo al contratar a una mujer para que reemplace a Sergio Pérez luego de su repentina salida del equipo, ronda por todo el mundo entre los fanáticos del deporte.
Lola, es una chica directa y sin miedo a decir lo qu...
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03 de septiembre 2023 Monza, Italia Hotel
NARRADOR OMNISCIENTE
Lola no podía estar más nerviosa por la carrera de hoy, había soñado con este día toda su vida, y aunque hasta ahora casi nada se asemejaba a lo que ella soño estaba ahí, en Italia a unas cuantas horas de la carrera.
Todavía seguía en el hotel, había preferido desayunar en el restaurante del establecimiento ese día. Era un desayuno rápido, pues todavía se tenía que preparar para llegar al circuito, y estaba algo sudada del entrenamiento de esa mañana, no veía las horas de volver a su habitación y bañarse, pero el hambre habia sido más grande. Y todo iba medianamente bien, no había nadie en el lugar y el silencio en esos momentos era algo que apreciaba, hasta que alguien se sentó frente a ella.
No hizo falta preguntar quién era, reconocería sus trajes elegantes donde fuera, sin mencionar el reloj plateado que llevaba en su mano izquierda, un regalo que habia entregado ella.
—Cuatro días. Rompiste record. —dijo lo más tranquila que pudo, aún sin mirarlo a la cara.
—Registrazione di cosa?—[¿Récord de que?] pronuncio el hombre en un perfecto italiano, pues era su idioma natal, acomodando sus mangas algo confundido, llamando a una mesera para que le tomara su orden, pidiendo solamente un cafe negro que le trajeron enseguida.
Lola rodó los ojos algo molesta, no quería escuchar su ridículo acento italiano, sentía que le taladraba los oídos hasta llegar a su cerebro y escarbar en sus mas profundos recuerdos, esos pequeños momentos donde su tio le enseñaba italiano convirtiendolo asi en su idioma, pues en esos tiempos el resto de la mesa podria estar hablando en español o ingles y entre ellos seguirian hablando italiano.
—Di rovinarmi la vita. —[De arruinarme la vida] respondio simple levantando la mirada, encontrándose con los ojos negros y el ceño fruncido de Dino, que en un abrir y cerrar de ojos se disolvio, reemplazando su confusion por una sonrisa socarrona que sacaba de quicio a Lola, pero no perdería la compostura ante él, no mostraría debilidad.
Dino soltó una leve risa y negó con la cabeza dándole un sorbo a su cafe sin ponerle azúcar antes. Lola pensó que era una manera facil de mantener la amargura en el todos estos años.
—Non ho rovinato nulla, mia piccola principessa. —[No he arruinado nada, mi pequeña princesa]
Lola apretó su puño con fuerza, clavando sus uñas a la palma de su mano con rabia por las palabras del hombre frente a ella, más que nada por como la había llamado. No lo soportaba, desde aquel día hace cinco años que la dejo sola, aún cuando le había prometido jamas dejarla, traicionando así su confianza y arruinando su futuro, no soportaba escuchar una sola palabra salir de su boca.
—Non sono più piccolo, —[Ya no soy pequeña.] Le recordó. —ma come faresti a saperlo se sparissi per cinque anni? —[pero ¿Como lo sabrías si desapareciste por cinco años?]
