A mi me encantaba esa chica de piel pálida, morena y solitaria. Siempre estaba escribiendo en su libreta cuando tenía tiempo libre. Muchos decían que no era lo suficientemente guapa como para tenerla de novia pero para mí era hermosa.Me acerqué a ella para conocer la:
-Hola- no parecía escucharme, estaba concentrada escribiendo. -¿Lisa?Se giró, me miro con esos preciosos ojos verdes.
-Ah, hola James.- No parecia importarle. Tampoco sabía que decir.
-¿Que escribes es esa libreta?
-Cosas- se limitó a decir y siguió escribiendo.
Le cogí la libreta, no pretendía mirarle nada, solo quería que me hiciese caso y tener una conversación normal.
-¡DAMELA!- Gritó desesperada intentando me la quitar. A los pocos segundos me vino una gran idea y le dije:
-Hacemos un trato.- Se relajó y me miró con el ceño fruncido.
-Cual- me dice resoplando.
-Te doy tu amada libreta si esta tarde a las 6 te bienes conmigo.
-No.
-Pues... Me la quedo- Dije riendo, intentó quitármela pero fue en vano.
-Vaaale.- Dijo de mala gana- a las 6 estate en mi casa. Ahora... Dame la libreta.
-Vale vale... Toma tu querida libreta.
Siguió escribiendo. Era tan hermosa... Sonó el timbre en las clases siguientes estuve pensando en que decirle y si le pediría ser mi novia o no. Pero como siempre, no me decidí.