No os olvidéis de votar, comentar y compartir, gracias. Disfrutad del capítulo <3.
Tal y como me dijo doña Agatha, llegué bien puntual al día siguiente para comenzar la que sería mi primera jornada como doncella de los marqueses Black. Recogí todas mis pertenencias que había en la casa de mi infancia y cargando mi baúl, realicé el mismo recorrido que ayer hasta llegar a la mansión Black.
Entré de nuevo por la puerta de servicio y allí esperé un par de minutos ya que había llegado antes de tiempo. Doña Agatha entró y tras darme unas cuantas indicaciones de cuáles serían mis tareas hoy, le pidió a uno de los lacayos que pasaban por allí que me guiase hasta la que sería a partir de hoy mi habitación.
El chico me sonrió, era rubio y con unos ojos azules bastante bonitos y mientras caminábamos por los pasillos que daban a las habitaciones él me iba contando cosas sobre la casa y sobre él. Por lo visto se llamaba Josh pero la verdad es que lo único que me interesaba en ese momento era memorizar el camino para luego no perderme.
Mi habitación era la tercera a la derecha y tras dejarme en la puerta, Josh se despidió y yo le di las gracias. El dormitorio no era muy grande. Había dos camas, un armario, un pequeño escritorio con una silla y dos mesitas de noche para cada cama. Una de ellas tenía algunas pertenencias como una pequeña cajita y un marco de fotos, por lo que me acomodé en la otra que estaba al lado de la ventana.
Empecé a deshacer mi baúl y a colocar mis pertenencias en la mesita y armario. No es que hubiera traído muchas cosas conmigo pero sí que las que llevaba eran valiosas para mí, como la fotografía que sujetaba en ese momento. En ella se veía a una mujer sonriente junto con una pequeña niña, éramos mi madre y yo. Realmente la echaba de menos pero me dije a mí misma que no me podía dejar llevar por los sentimentalismos y menos cuando una chica bajita y castaña acababa de entrar en la habitación.
-Hola, tú debes de ser mi nueva compañera de habitación. Soy Camila, encantada–. Dejé la fotografía y me acerqué a ella para estrechar nuestras manos. Se veía una buena chica—.
-Yo soy Abigail. He puesto mi ropa en el armario, espero que no te moleste–. No sabía si le gustaría que hiciese aquello sin haberlo dicho antes–.
-No, no, para nada. Si me permites un consejo, Abigail, te recomendaría que te pusieras ya el uniforme. Doña Agatha quiere vernos en el comedor dentro de poco–. Yo le agradecí el consejo mientras que ella abría un cajón y dejaba dentro lo que parecía ser una carta. Poco después salió para dejarme un poco de privacidad y así poder cambiarme–.
Dicho y hecho me coloqué el uniforme el cual consistía en una falda y blusa negras junto con un delantal blanco. Guardé la ropa que había traído puesta y salí de la habitación en dirección al comedor.
Cuando llegué me coloqué al lado de Camila, esperando a que llegase la ama de llaves.
-¿Ha pasado algo?–.Pregunté a mi compañera de habitación—.
-No creo, simplemente querrá ponernos firmes como ocurre siempre—.Yo asentí, un poco menos preocupada—.
Doña Agatha entró junto a un hombre que supuse era el mayordomo y juntos empezaron a darnos instrucciones y a recordarnos cómo nos debemos comportar con los señores.
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Desde aquel primer día había pasado ya una semana en la que simplemente me dediqué a cumplir con mis tareas de manera obediente y a observar. Sin embargo, no todo podía estar tan tranquilo.
Esa mañana me desperté más temprano de lo habitual y, harta de dar vueltas en la cama, me levanté con sigilo y me dirigí a la cocina para prepararme un té. Ya sentada en una de las sillas del comedor escuché un fuerte estruendo afuera, como si alguien se hubiera golpeado con algo. Fui hacia la puerta que daba al exterior, la cual estaba cerca del comedor, y ciñéndome un poco más la bata debido al frío salí.
Al principio no noté nada extraño hasta que vi unos pies tras unas cajas apiladas. Con prisa me acerqué hacia allí y me sorprendí al encontrarme a un chico pelinegro tumbado en el suelo, inconsciente y con varios golpes. Su cara no me sonaba pero no pensé en eso y me arrodillé a su lado para intentar despertarlo, estaba claro que yo sola no iba a poder llevar a aquel joven mientras estuviera inconsciente. Le di unas cuantas palmaditas en la cara y tras un rato intentándolo, el chico despertó. Estaba un poco desorientado pero al mirar alrededor debió reconocer dónde se encontraba.
-¿Estás bien? Qué pregunta más estúpida, claro que no estás bien—. Me recriminé a mí misma, él en cambio parecía un poco divertido—. Vamos adentro, te curaré esas heridas—. Con mi ayuda el muchacho consiguió ponerse de pie, era bastante alto pero conseguí llevarlo hacia el comedor y sentarlo en una silla—. Quédate aquí, iré a por un botiquín—. Él simplemente asintió mientras que yo me dirigía apurada hacia la cocina donde había un botiquín de primeros auxilios, no es que tuviera muchas cosas pero para salir del apuro serviría—.
-Eres nueva, ¿verdad?—. Habló por primera vez mientras yo sacaba un poco de algodón y le echaba desinfectante. Tenía una voz grave y bonita, me gustó—.
-¿Cómo sabes que lo soy, trabajas aquí? No me suena haberte visto antes—. Él emitía un par de quejidos mientras le desinfectaba un corte que tenía en la mejilla—.
-No, no trabajo aquí pero sé que eres nueva porque nunca me olvidaría de una mujer tan bella—. Soltó con una sonrisa pícara aunque se le borró cuando apreté un pelín más fuerte en la herida, sin querer claro—. ¿Cómo te llamas, novata?--.
-Soy Abigail, ¿y tú?—.Respondí mientras, concentrada, buscaba algo que pudiera aliviar los moretones que tenía—.
-Me llamo Sirius Black, un placer conocerte Abigail.
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Hola, nuevo capítulo de esta historia y ya se han conocido, ¿qué creéis que pasará ahora?
Si veis alguna falta de ortografía y/o error gramatical no dudéis en decirlo, me ayuda mucho a mejorar :) .
Espero que os haya gustado.
Muchos besos,
atte: its.potterhead <3
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Marquesado- Sirius Black fanfic
Fiksi PenggemarAbigail Wilson es una chica sencilla y humilde, que está contenta con su vida. Sin embargo, tras la muerte de su madre tiene un nuevo objetivo, hacer saber la verdad. Para ello empezará a trabajar en la noble casa de los Black, unos marqueses extrem...