CAPÍTULO II

27 5 5
                                    

JEON JUNGKOOK.

Estaba adolorido, mi cabeza daba vueltas y todo mi cuerpo se sentía inmensamente pesado. Los sucesos de las últimas horas habían sido confusos e incluso aterradores.

Luego de que los militares nos durmieran, habíamos despertado en medio de una habitación que no era más que la típica militar. Mi primer reacción había sido buscar a mi hermana pero esta ya no se encontraba allí.

– Amigo, al menos quieres decirme dónde está mi hermana? –Hablé con el guarda de seguridad frente a la puerta que nos separaba, o al menos eso intenté, pues llevaba horas preguntando lo mismo sin obtener respuesta alguna, pero si de repente me volvía un poco más agresivo buscando respuestas, lo único que lograba era que 5 guardias del doble de mi tamaño entrarán para hacerme dormir.

– Ya cállate, me tienes de los nervios.

Mis ojos simplemente se abrieron al escuchar por fin su voz, sin importarme realmente lo que había dicho. 

– ¡Gowon! ¿Te hicieron algo? –Corrí hacia ella cuando la puerta finalmente se abrió y la tuve frente a mí, la abracé sin importarme que ella no reaccionara, estaba vestida como militar y su semblante era duro. No éramos los mejores hermanos, pero tampoco los peores, ella era solo una niña pero sabía que su situación era culpa mía, que tuviera que actuar como una adulta con cáscara dura era solo resultado de mi egoísmo.

– Son militares, qué podrían hacerme. –Vi como su semblante mostraba algo de sarcasmo, pero de igual forma entendí que ella estaba bien y no parecían haberle inyectado algo como a mí, lo cual era lógico, ella sí había pasado tiempo con mi padre tratando temas del ejército.

– Me alegra, en serio, pero aún no entiendo qué pasa y por qué parezco rata de laboratorio aquí dentro.

– Te explicaré todo luego, solo necesito que me prometas algo. -Asentí con mi cabeza esperando que me dijera lo que debía prometer, pero tuve que aguantar mi sorpresa cuando la vi usar el lenguaje de señas que habíamos inventado de pequeños. "Corré. Amarillo. Señal.".– Que te quedes conmigo.

Ella sonrió, una sonrisa hermosa que aún así me dio escalofríos, no sabía por qué hablaba en señas, pero entendía que eso significaba que no todo podía ser escuchado y por ende, que nadie era confiable, nadie.

Luego de eso, mi hermana comenzó a explicarme que estábamos en una base militar a las afueras de Ulsan, algo lejos de nuestro hogar. Comenzamos a caminar fuera de la habitación, aún así, solo la seguía como un zombie, pues mi mente estaba en las señas anteriores, sabía que debía correr cuando ella me diera la señal, pero ¿amarillo?, no lograba entender a qué se refería. 

– Esta es la plaza principal, aquí no reunimos todos hasta que se nos delegan las labores del día. Desde aquí nos dividimos en zonas, roja, verde y amarilla. –Levanté mi cabeza al oír esa última palabra ¿zona amarilla? ¿a eso se refería? Pude ver que ella notó mi atención ante sus palabras, por lo que siguió hablando con total normalidad, a pesar de los dos guardias que nos acompañaban y hasta ahora, había notado.– La zona verde es para todo público, es seguro y totalmente vigilado; la zona roja es exclusiva para personas autorizadas, de alto rango; y la zona amarilla está inhabilitada, nadie puede acercarse allí, es peligroso, tanto que ni siquiera hay seguridad, solo hay un muro provisional que ayuda ahogar el ruido que hay en la base.

– ¿Y qué hacemos aquí? ¿Por qué es peligrosa la zona amarilla? –Indagué, intentando entender mejor tanto el funcionamiento de adentro, como el mensaje de mi hermana.

– Lo sabrás cuando te recuperes y se te asigne un rango, en este momento soy sargento, como nuestro padre.. -Su voz flaqueó un poco pero solo yo lo noté.– En fin, intentaré que sea rápido pero por ahora, quédate en la zona verde y cuídate de cualquier cosa que no conozcas, hermanito.

LIFELESS  |  Yoonmin & TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora