Donde Daniel Valencia se enamora de la persona más diferente a él,la más buena,dulce,empática,inteligente y bonita del lugar es decir Lizzy Espósito, la mejor amiga de Betty y el cuartel y una empresaria exitosa
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Donde Lizzy y Daniel viven una boni...
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El día amaneció con un cielo despejado, prometiendo ser un día perfecto en Ecomoda. Lizzy llegó a la oficina con su habitual energía y sonrisa, lista para enfrentar las tareas del día. Sin embargo, su mente estaba ocupada en los recientes encuentros con Daniel. El coqueteo y las sutiles insinuaciones de su relación estaban en su mente, y aunque intentaba concentrarse en su trabajo, no podía evitar pensar en él.
Daniel, por su parte, estaba decidido a continuar su juego de seducción. Desde el primer momento en que vio a Lizzy entrar a la oficina, sus ojos se iluminaron con una mezcla de deseo y admiración. Cada interacción con ella solo servía para intensificar sus sentimientos y aumentar su interés.
La mañana transcurrió con reuniones y tareas habituales, pero la atención de Daniel estaba completamente centrada en Lizzy. Cada vez que ella pasaba cerca de su oficina, Daniel se encontraba buscando la oportunidad de hablar con ella, de manera casual o no. Su encanto y la habilidad para mantener una conversación ligera y divertida estaban en su punto máximo.
Al mediodía, durante la pausa para el almuerzo, Daniel y Lizzy coincidieron en la cafetería de la empresa. Daniel se acercó a ella con una actitud relajada, pero su mirada estaba llena de intensidad.
—¿Cómo va tu día, Lizzy? —preguntó Daniel, tomando un asiento cerca de ella.
Lizzy lo miró con una sonrisa que dejaba claro que estaba disfrutando del juego tanto como él.
—No me puedo quejar, Daniel. Aunque debo decir que el trabajo se vuelve más interesante cuando alguien como tú está cerca.
Daniel se rió, claramente complacido por el cumplido. La forma en que Lizzy jugaba con él solo aumentaba su deseo de estar cerca de ella.
—Interesante, ¿eh? Me alegra saber que puedo añadir un poco de emoción a tu día.
Lizzy se inclinó hacia él, su tono era juguetón.
—Definitivamente lo haces. Aunque debo decir que todavía no estoy lista para caer en tus encantos tan fácilmente.
Daniel levantó una ceja, desafiándola con una mirada.
—¿Y qué te hace pensar que mis encantos son algo que debes evitar? Quizás te estoy ofreciendo algo que no te has dado cuenta que necesitas.
Lizzy se rió suavemente, disfrutando del desafío que él le proponía.
—Lo que necesito es mantener mi independencia y mi enfoque. Aunque debo admitir que tu compañía es una distracción agradable.
Mientras conversaban, Daniel notó que su actitud estaba cambiando. A veces, parecía que ella estaba jugando un juego más profundo, uno que desafiaba sus habilidades para seducir. Sin embargo, eso solo lo hacía más interesado en ella.
El día de la cena llegó con una energía vibrante en el aire. Lizzy se preparaba para una noche que prometía ser especial, y sus amigas estaban decididas a hacerla sentir como una reina. Desde la mañana, Eugenia, Candela y Rochi estaban en su casa, listas para ayudarla a prepararse para su cita con Daniel.