Segunda vez

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Mini-recordatorio: estos capítulos narran las veces que ellos pasan la noche juntos, sin la necesidad de que hagan algo entre ellos.

Pablo jugaba con su desayuno, incapaz de mirar a Pedri y Fermín, que le miraban boquiabierto. Tomó un sorbo de su café, sintiendo el ambiente tenso que habían creado mientras el sevillano contaba la surrealista mañana que había tenido. Se mordió los labios, expectante de alguna reacción.

—Y vuestra mañana... ¿Cómo ha ido?

Ellos parecieron reaccionar, inclinándose hacia delante para poder hablar sin que nadie a su alrededor les escuchase. Se removió algo incómodo, esperando el interrogatorio.

—¿Has follado con el jodido Jude Bellingham?— preguntó Fermín en un susurro, todavía sin salir de su sorpresa.

—No me acuerdo, ya lo he dicho— bufó, negando con la cabeza—. Pero los condones usados y los pinchazos en mi espalda dicen mucho.

—¿¡Tres veces y no te acuerdas de absolutamente nada!?— chilló en un susurro Pedri.

Le miró de mala manera, notando como se sonrojaba considerablemente. Sabía que había pasado, era innegable, pero decirlo en voz alta sonaba más real de lo que era.

—¡No hables tan alto!

—Pablo, estamos rodeados de guiris. Hay más alemanes e ingleses en Ibiza que gente que hable español.

—Por si acaso— dijo, entrecerrándole los ojos—. Y no, no recuerdo absolutamente nada. ¿Qué pasó anoche en la fiesta?

No recordaba mucho de la noche anterior. Recordaba beber, bailar con sus amigos, y perderse entre la multitud; y después de eso, su mente estaba borrosa.

—Nada— habló Fermín, echándose hacia atrás en la silla. Mientras no mencionasen nombres, nadie a su alrededor se enteraría de nada—. Te perdimos por un rato, y cuando te encontramos nos dijiste bobadas, cosas como que te habías enamorado y que volvías a la habitación.

Soltó su quejido número mil en lo que llevaba de mañana, y apoyó su frente en el borde de la mesa. ¿Tan imbécil se volvía borracho que incluso les dijo que se había enamorado del jodido Bellingham?

—Quiero olvidarme de todo esto— murmuró, notando como uno de sus dos amigos frotaba su espalda con su mano a modo de compasión—. No quiero pensar más en él, ni en lo que hicimos.

—Eso está hecho— habló Fermín, con una sonrisa de oreja a oreja. Gavi alzó la mirada, curioso—. Porque esta noche salimos de nuevo. Encuentras a otra persona, sea hombre o mujer, y haces lo que sea con esa persona y te olvidas del guiri. Pero esta vez, sin estar borracho.

—¿Tu solución para que se olvide que ha tenido sexo con alguien, es que tenga sexo con alguien más?— preguntó Pedri, con una ceja alzada. El rubio asintió, sonriendo aún más, y el canario se encogió de hombros—. Bueno, peor no puede salir.

—Pero nunca lo he hecho, lo de salir y tener algo con alguien que acabo de conocer.

—Bueno Pablito, ya no puedes decir eso, lo hiciste anoche. Ya verás que esta noche triunfas.

—Lo hice borracho— se excusó, intentando ignorar el sonrojo que se había instalado en sus mejillas—. No creo que sepa hacerlo sin alcohol en mi cuerpo.

Fermín y Pedri se miraron entre sí, como si se hablasen con la mirada. Rápidamente volvieron la mirada al menor, esta vez con una sonrisa sugerente en sus caras. No sabía que tenían en mente, pero presentía que no era nada bueno.

Y definitivamente, eso había sido una idea horrible.





Jude cerró la puerta detrás de él y se apoyó en ella, cerrando los ojos y soltando un suspiro. Sus sienes palpitaban al ritmo de su corazón, así que las masajeó intentando aliviar algo de la enorme presión que había en ellas. Ni siquiera tenía ganas de usar el lavabo, simplemente quería despejar su cabeza de la estridente música que el DJ había decidido poner esa noche.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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Tregua ; jude nd gaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora