Capítulo 4: segundas oportunidades 1/2

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La mañana era cálida y el sol brillaba con intensidad, o eso diría si no pareciera que el cielo se les caía encima.

El ruido de las gotas cayendo en el techo se hizo oír. Los estudiantes no habían visto una lluvia tan intensa antes.

— ¡PERFECTO! — Exclamó con sarcasmo James — ¡Justo tenemos práctica este día y se nos cae el cielo encima!

— Calma amigo, solo es una lluviecita — Dijo Peter antes de que un relámpago hiciera estruendo en todo el castillo, cuando eso pasó dió el salto de su vida y emitió un chirrido agudo.

Sirius estaba hablando con Remus sobre lo que había pasado, un poco avergonzado de sus actos. Cuando Remus escuchó toda la historia, agarró a Sirius de la oreja y le dió el regaño de su vida.

— ¡QUE SEA LA ÚLTIMA VEZ QUE HACES ALGO ASÍ!  — Le dió una sacudida, que más que sacudida fue el tirón de oreja del siglo, Sirius se quejó e intentó alejar a Remus.

— ¡Lo siento, lo siento! Pero al menos me perdonó — dijo Sirius intentando librarse del agarre de su amigo, cosa que logró.

— ¿Que quien perdonó a quien? — preguntó James ya más calmado. Sirius le hizo señas a Remus para que no dijera nada negando con la cabeza y con las manos.

— Sirius le pidió a Severus que lo perdonará por todo lo de los años pasados y Severus lo perdonó. — Dijo rápido y sin trabarse.
La cara de asombro de James no tenía precio, su boca parecía una "O" a la perfección.

— ¿SIRIUS? — Preguntó el de lentes mirando a su amigo, el cual no sabía que esperar — ¿Cuando fue y como? ¿Porque no me dijiste antes?

— ¿Eh? —  Sirius estaba un poco confundido — Ah, si, fue ayer por la noche y saliendo de la casa de los gritos — Dijo ahora con un aire orgulloso.

— Aah, así que casi lo matas y casi condenas a Remus a prisión — Dijo analizado la cara de su amigo — Vaya ideas que tienes Pads.

— Vamos, fue divertido, pude ver en el brillo de sus ojos que- — se detuvo a media frase.

— ¿Que viste que? — todas las miradas se dirigieron a Peter — ¿Que ven? Me interesó el tema, ahora dejen de mirarme.

— No se lo que vi, pero me gustó — dijo con los brazos cruzados. — ¿Que tenemos ahora?

— Pociones — dijo Remus llevando a sus brazos una pila de libros.

— perfecto — dijo con una sonrisa.

Nadie preguntó nada más, solo hablaban alegremente camino a las mazmorras.

Al entrar, el profesor Slughorn los saludó ignorando que llegaban relativamente tarde.
Sirius caminó hacia Severus y se sentó a su lado para sorpresa de sus amigos y la de Severus también.

— ¿Que demonios crees que haces? — Susurró el Slytherin mientras Sirius ponía sus cosas sobre la mesa.

— Sentándome ¿O acaso está reservado el asiento? — preguntó con esa sonrisa burlona en su rostro.

Severus se disponía a ponerse de pie e irse, fue tomado del brazo y obligado a sentarse.

— No hay otro lugar disponible, no tienes opción Sev — Sonrió saliéndose con la suya, Severus no dijo nada más.

Al transcurrir la clase, el profesor del dió la oportunidad de hacer una poción ya un poco avanzada.
Mulciber no se podía contener, los celos de que su ahora ex pareja estuviera sentado junto al mas ligón de todo Hogwarts eran más fuertes que él.

— En la clase de hoy vamos a hacer una poción un poco compleja, haremos una poción llamada Amortenia. — dijo el profesor Slughorn para sentarse en la silla de su escritorio.

Severus ya sabía cómo hacer esto, era algo simple para el, Sirius solo le seguía el juego a pasar de no saber ni de lo que tenía que hacer ni lo que estaba haciendo.

— Bien, ya terminamos — Avisó Severus, a lo que Sirius solo lo miró un poco confundido.

— ¿Habíamos empezado? — Si Severus no hubiese estado de buen humor ese día le hubiese llenado la boca con sanguijuelas.

— Sirius eres un-

— Trabajo excepcional como siempre, Severus, usted y el joven Black hicieron un gran equipo. Ahora,  ¿Quién se animaría a decirle a la clase a que huele su amortenia?

— ¡Yo! — Sirius como siempre queriendo ser el primero en todo, Slughorn asintió — Bien, la mía huele a libros viejos, café negro y… — Sus ojos se abrieron cuando detectó el delicado aroma que suavizaba los demás, un sonrojo creció en sus mejillas y se alejó de la poción.

Mulciber sabía que ese aroma era el que también estaba en su amortenia, iba a decir algo pero el profesor habló de nuevo.

— ¿Alguien más? — y así siguió la clase.

Severus jugaba con sus dedos por debajo de la mesa y Sirius al bajar sus brazos, notó que su codo rozó el de Severus. Las cosas pasaban demasiado rápido para el.

"No puede ser…" pensó Sirius "Debe de haber un error, algo está mal… mi amortenia no puede oler a Severus"

Lily al otro lado de la mazmorra se puso de pié con un salto y tapándose la boca soltó un grito.

El resto del día fue bastante incómodo para Sirius, Severus ocultaba la incomodidad de estar al lado se Sirius.

Cuando quedó a solas en su habitación, su rostro quedó rojo y se cubrió la boca con uno de sus brazos, su espalda contra la pared de deslizó haciéndolo llegas hasta el suelo.

— Demonios… ¿Que mierda fue eso? — El aroma de su amortenia era a tierra mojada y perfume caro, antes olía a monedas y pasto — ¿Que clase de broma es? ¿Como va a cambiar de aroma en menos de una semana? Es imposible — agarró uno de sus libros y comenzó a buscar entre las páginas — debe de haber una explicación para esto, debe ser otra cosa, no puedo permitirme enamorarme de nuevo…

Severus odiaba pensar que se estaba volviendo a enamorar. Cuando se enamoraba, se entregaba a su pareja en su totalidad, siempre se ilusienaba con una vida junto a esa persona y al final terminaba roto.

Su corazón latía con fuerza, pudo sentir como sus mejillas se calentaban cuando entró en razón, y se dió cuenta de que se estaba enamorando de nuevo.

Ahora se preguntaba ¿De quién? ¿A quien le pertenecía ese aroma? Tenía solo una persona en mente…

╰•★★  ყą ℘ąʂó ★★•╯[Snirius]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora