Té de lavanda.

II

Es en el apartamento cuando al fin caigo en cuenta de la situación.

Asrahan es el nombre que en mi mente se repite como un mantra, nombre del cual no tengo idea por qué mis pensamientos insisten en enfocar. Provoca un cosquilleo constante en mi cerebro de que algo está tomando a la ligera.

¿Pero por qué le molesta tanto?

Tal vez por el incómodo momento o el pésimo servicio al cliente (dudosamente solo lo enfoco porque es guapo), pero es algo más que eso.

Ningún cliente que tenga se llama así, algún conocido de Corea que lo pueda delatar, un familiar perdido de Lloyd Frontera. No hay nadie que identifique con tal nombre.

No venía en los expedientes que le entregó Bayern de personas que quizás se podía encontrar. Nada.

Así que como no hay más opciones buscaré en la fuente del conocimiento (totalmente poco confiable) Wikipedia. Ya sabes, en caso de que fuera una celebridad y se haya perdido la oportunidad de un autógrafo para revender, dudo que vuelva a aparecerse por la cafetería después de ese servicio al cliente.

—Javier Asrahan, nacido él […] esgrimista ganador de los premios […]— Bueno, no es un actor ni nada, pero sí famoso en el mundo del deporte. Sinceramente, no es por desmerecerme (después de tantas construcciones algo de físico tengo) pero no soy el tipo de persona que ves y piensas que es un gym bro o algo por el estilo. A lo mejor sí le pregunto a Arosh.

La página hasta el momento no responde ninguna de mis dudas (hubiese preferido quedarme así).

En el momento que llegó a la parte de familiares siento como mi cabeza empezó a latir con fuerza, debe ser una broma universal para joderme, no existe otra explicación—Familiares biológicos muertos. Hijo adoptivo de Arcos y Marbella Frontera, dueños de la empresa en bancarrota Corporaciones Frontera—.

Este bastardo puede tirar toda mi farsa a la basura y desmentirme. Todos sabrían sobre esta estafa.

(¡¿Así como lograré mi meta?!)

Con rapidez tomó el celular a mi costado, entre tanto ajetreo es difícil marcar el número que necesito. Suena el timbre cinco veces antes de que conteste, cada momento que pasa y ese maldito pitido zumba me duele más la cabeza.

—¿Hola?— Su voz suena somnolienta al parecer la desperté, que me golpeé lo que quiera después, esto es importante.

Cuento en mi mente para poder tranquilizarme, la clave para un buen plan es la racionalidad, cosa que no se puede lograr estando desesperado. Repaso los sucesos en mi mente y los hilo de la manera más coherente para que una dormida Alicia los entienda.

Ante la tardanza de Alicia comienza a extrañarse —Grillo ¿qué pasa?—.

Con toda la calma del mundo le comento la situación —Un hombre se presentó en la cafetería con el nombre Javier Asrahan—.

Agarro un archivador en donde se encuentran papeles repletos de información de la actitud de Lloyd Frontera, sus relaciones y conocidos que hacían parte de su círculo “cercano”.

Toma unos segundos en responder —Tranquilízate— Suelta un bostezo antes de continuar —Javier Asrahan como probablemente ya sabes es el acogido de los Frontera.

Mientras Alicia me explica esta nueva variante mi mente va maquinando a mil por hora planificando que haré a continuación y como enmendar el desliz que tuve en la cafetería— No venía en los archivos que me entregaron— eso para mi desagrado es un gran problema.

Se encuentra pensando en que responderme un “Mmm” retumba contra el micrófono del celular —Javier Asrahan es una persona muy correcta, no lo habrán querido involucrar, aislando sus existencias mutuamente. Además no es que se buscaran entre sí, su relación era tensa en el mejor de los casos—.