Vans.

s e t e n t a y u n o.

Escuche el sonido de la puerta, como cuando tienes prisa o desesperación y golpeas la puerta con una llave o algo por el estilo, entonces después de un largo rato de golpes decidí abrir.

El rostro de desesperación de Hayes estaba parado frente a mí.

-¿Puedo entrar?-Pregunto.

-Ya estas dentro de la escuela, pero a mi zona no entras.-Afirme.

Quería reírme en su cara porque quizás no entraría.

-¿Porque?-Pregunto.

-¿Cuando planeabas decírmelo? ¿Porque no me dijiste que te casarías antes?.

Sabia que gusto en este momento estaba nervioso, por la forma en que movía su cabello para atrás.

-Lo, lo siento.-Dijo.

-Al carajo con eso, ¿qué quieres?.

-Quería pedirte que fueras mi madrina.

Sentí como todas las mariposas que alguna vez había sentido por el se quisieran simplemente asesinar y desaparecer.

-Sabes aremos un trato, dame 5 días para demostrarte porque no te debes cazar y si no logro convencerte, dejare que lo hagas.

-Trato.-Dijo extendiendo la mano.

Tome su mano, en señal de que esto ya era un trato.