O c h e n t a.

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-Va a abrir la puerta no hagas ruido.-Me repitió Taissa por milésima vez solo que ahora si era cierto.

Ambos entraron primero Amber, por lo cual al de atrás le toco el sufrimiento, quinientas plumas de diferentes colores caer sobre el, además de botes llenos de espuma y pintura, pero lo peor fueron los 70 botes de pasta dental en globos, en realidad no entiendo de donde conseguimos dinero para comprar eso y no ser pobres.

El chico dijo debo irme y se marchó corriendo, a bañarse eso creo.

-Sal de donde quiera que estés Hayes, se que tú eres el único que puede hacer esto pero no sin ayuda así que sal Taissa.-Afirmó.

-Yo debo irme.-Bajo y se marcho.

El pie de Amber, sonaba ya que cada segundo golpeaba el piso con el.

-Sal.-Gritó.

-No, no lo haré.-Grité.

Amber comenzó a subir las escaleras por lo cual fui y me encerré en su cuarto.

-¿Porque no quieres hablar?-Río.-No te regañare.

-Porque me da miedo.-Grite.

-Vamos que te puede dar miedo.-Dijo mientras la escuchaba reír.

-Que no me ames como yo lo hago.-Dije recargándome en la puerta.

Vans.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora