IX

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Pasaron los días, Giyuu estaba sentado en una roca, cerca de un hermoso lago, disfrutaba estar ahí, solo... Solo ya no, porque ahora estaba con sus dos bellos amores admirando el paisaje.

Obanai: Giyuu -dijo este acostado en una de las piernas del oji azul-

Giyuu: ¿si?

Obanai: crees que, una vez que todo esto termine... ¿Podremos vivir en paz?

Todo quedó en silencio, Sanemi que también estaba acostado en la otra pierna de Giyuu se quedó pensando.

Giyuu: no lo sé... Últimamente no han habido ataques de los demonios... Algo debe estar planeando Muzan...

Sanemi: Quizás... Ahora que la niña demonio puede caminar bajo el sol, lo más probable es que este ideando un plan... Y lo más seguro es que, nos estén buscando...

Giyuu: ¿cómo? -preguntó confundido-

Obanai: si, Giyuu... Lo más seguro es que Muzan Kibutsuji está tratando de dar con el cuartel... Y con la casa del patrón... Ese maldito es muy inteligente y sin duda eso hace...

Sanemi: Giyuu, cuando la batalla fin por fin comience, quiero pedirte que... -suspiro- que no mueras...

Giyuu se quedó en silencio ante las palabras de Sanemi, no sabía que decir, en cierta parte, estaba sorprendido de escuchar algo así, pero no podía juzgar a Sanemi... Pues de hecho era normal que le dijera eso, después de todo, la batalla que decidirá el destino del mundo, esta en sus manos.

Y es obvio que alguien tiene que morir para que eso se logré...

Obanai solo lo miró, como diciendo eso también. Estaban, ¿preocupados? Sí, sí lo estaban, y mucho.

Giyuu: -sonrió- no se preocupen, no voy a morir fácilmente... Al fin tengo algo por lo que vivir... Ustedes...

Sanemi e Iguro lo miraron con un brillo en sus ojos, sin darse cuenta, estaban derramando lágrimas.

Sanemi se levantó y abrazo a Giyuu, apoyando su cabeza encima de la cabeza de aquel, Obanai también se levantó y lo abrazó hundiendo su rostro en el cuello de su novio.

Sanemi: no sabes lo mucho que te amo, mi Giyuu...

Obanai: amor... Cuando todo esto al fin termine, quiero que vivamos juntos... Quiero que vivamos como personas normales, y no con el miedo hacia los demonios...

Giyuu: lo sé, una vez que todo esto por fin termine... Viviremos juntos, les haré su desayuno todas las mañanas, tal vez adoptar también a un bebé, podremos vivir en paz, como las personas normales...

Sanemi y Obanai sonrieron y cerraron sus ojos aún apoyados en Giyuu, su calor corporal era agradable...

Se quedaron así durante un buen rato. Estaban disfrutando del momento. No querían que esto terminara...





























Nunca...




























Pero, aún así, no hay que hacer planes a futuro sin saber lo que pasará...


















































Después de todo, la vida te puede cobrar muy caro...





"¿No es así, Giyuu?"

...

Ahí estaba él, cansado, muy herido, con manchas de sangre en su ropa, la cual pertenecía a varios de sus compañeros que desafortunadamente, cayeron en la batalla...

¿Acaso... Nos gusta Tomioka? | SaneObaGiyuu (+18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora