Mi Mejor Alumna.

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- Cállate, niña. - Resopló. Vaya temperamento poco flexible tenía ese hombre...

- ¡No me llame niña! - Exigía la muchacha iracunda, increpándole a su profesor su mal carácter.

Thot Caduceus estaba acostumbrado a lidiar con idiotas, pero ella no era una idiota. El Dios Egipcio de la Sabiduría discutía con su mejor alumna todas las clases sin falta, sólo porque le gustaba verla molesta, mientras defendía sus ideas y respuestas.

A los demás jóvenes Dioses y a Yui les ordenaba y enseñaba, pero con ella se dedicaba a discutir, hablar, reñir, dar monólogos y golpes en la cabeza con su libro de clases. Los chicos agradecían mentalmente a su compañera, por ser ella quien lidiara con el egipcio.

Terminó la clase y todos huyeron para hacer algo divertido, pero justo antes de lograr escapar, la mejor amiga de Kusanagi Yui fue acorralada por el brazo izquierdo de su profesor, como de costumbre. Ya se estaba habituando a quedar contra la pared y pelear con el Dios Egipcio en todo momento.

- Escucha, humana. - Comenzó a decir Thot, mirando fijamente con sus ojos azules a su alumna. - Quiero que te encarges de...

- ¡Pero Thot-sensei, quiero ir a jugar con Loki! ¡Las clases ya terminaron! - Se quejó ella.

Al parecer, el nombre del Dios nórdico en la oración le molestó más que la queja en sí.

- ¡Con mayor razón, irás a ordenar los libros de la biblioteca! - Sentenció y la arrastró hacia dicho lugar, pasando por alto lo roja que estaba la muchacha.

Ella sentía la calidez de su profesor recorrerle todo el cuerpo. Thot la había tomado de la mano. Ella se esperaba un empujón y un grito, no una escenita y la mano del Dios contra la suya.

Llegaron a la enorme biblioteca y la alumna resopló sonoramente. Era un desastre descomunal, apocalíptico, gigante, colosal e imposible de ordenar en menos de tres días completos. Por lo visto, no iba a poder jugar con Loki hasta el sábado. Ah~ que pereza.

- ¿Puedo saber el motivo de semejante castigo, Thot-sensei? - Le preguntó la chica, mientras dividía los libros entre mitología índica, nórdica, indú, japonesa, griega, hispana, latinoamericana, holandesa, egipcia, china... Y muchas más.

- Ninguno en especial... - Contestó sin inmutarse si quiera. Pero a la muchacha no le hizo nada de gracia.

- ¿¡Entonces no estoy castigada!? - Le gritó, poniéndose de pie, notablemente molesta.

- ¡Ahora lo estás, por gritarle a un profesor! - Le respondió él, y luego sonrió con sorna. Su alumna se dejó caer en el banquillo, completamente derrotada. Había hechado su oportunidad de escapar por el desagüe. Tendría que soportar esa molesta sensación por tres días consecutivos.

Cuando Thot la miraba, hablaba con ella, se le acercaba o incluso cuando le reñía, ella se sentía extraña. Bueno, independiente de lo cabreada que pudiera estar con semejante Thot "castigos locos" Caduceus, era una emoción fuera de lo común.

Lo miró de reojo... Ah~, tan soberanamente hermoso. Sus insolentes ojos de un azul profundo e intenso, un cabello blanco exótico en contraste con una piel morena y suave... Su clavícula bastante marcada... Oh~, y es imposible no mirar un poquito más abajo y notar unos pectorales de superhéroe MARVEL...

- Uhmm, creo que consideras que tu trabajo es muy escaso si te distraes mirándome tan descaradamente, humana. - La voz varonil del Dios Egipcio sacó a la muchacha de su ensoñación pervertida. El sonrojo mortal que invadió la cara de la fémina la delató, sin mencionar que era imposible disimular su nerviosismo. Thot la descubrió. Pero fingió la frialdad acostumbrada. - ¿Debería ordenarte organizar la biblioteca personal de Zeus también? - Ella negó enérgicamente.

Kamigami no Asobi: Lo que esconde un corazón sagrado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora