III

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Tocándose su cuello el uno al otro, con aquellos pantalones cortos. Sin camisa o blusa alguna, Connor le estaba quitando el aliento al otro.
La piel de gallina aparecía en ambos y consigo la temperatura iba subiendo humedamente, miraba la cara de Alec, con una mano tomaba su cintura y con la otra tapaba su boca para no hacer tanto ruido. El fluido y sudor de ambos hacia que se pegaran.

Y de un momento a otro Connor despertó, aún sosteniendo la mano de Alec.
Si, todo había sido un sueño, un sueño húmedo.
¿Por qué había soñado eso? ¿Acaso eran efectos del alcohol todavía presentes? ¿Por qué razón no le había disgustado el sueño? ¿Qué es aquella sensación que a tenido desde la noche de ayer?

Se levantó con algo de desconcierto ¿Hace algo de frío, no?
Decidio hacer el desayuno, algo de pan tostado con jugo de naranja, aunque sinceramente no era algo llenador. Podría ir a la pastelería de Miriam y traer algo de pan dulce.

En eso Alec va entrando, tenía unos ojos muy cansados, no a descansado bien después de todo. 

-Buenos días Alec

-Oh hola Connor, creí que ya te habías ido

-¿Y dejarte aquí? Claro que no, amigo. ¿Te gustaría ir por algo de desayunar a la cafetería de Miriam?

-Yo creo que paso, gracias Connor

-¿Por que? ¿Te sientes mal todavía?

-No, es solo que no creo que ella me quiera ver, no después de lo que hice

-Apuesto que a ella ya no le importa lo que pasó, así que vamos hombre

-Lo siento Connor, pero sigo muy cansado, tomaré esto y luego me ire a dormir otra vez. Tal vez luego

Alec de un sorbo tomó aquel jugo de naranja, para luego agarrar el pan, este se lo llevo a su habitación, dejando a Connor en la cocina con completo silencio.

Es entendible, pasar una semana entera tomando para luego ir a trabajar temprano, y salir de fiesta bailando toda la noche, ¿cómo no estarías cansado?

Este solo suspiro y salió del apartamento, al menos él si quería un pan recién echo.
Paso toda la mañana en la cafetería hablando con Jake, preguntando sobre como estaba, como le iba, y que a estado haciendo. El tiempo había pasado muy rápido, puesto que salió de su casa a las 9:00 am, y ya era medio día.

Le mando un mensaje a Alec, sin embargo, noto que este no le llegaba. Seguramente seguía dormido. Tal vez podía aprovechar este día para hacer algunas cosas, "dia libre", aunque en el fondo quería estar con él. 

El día paso muy rápido, siendo las 8:00 pm cuando llegó al departamento, absolutamente todo estaba apagado, como si no hubiera nadie, ¿seguiría dormido? Vaya, si que estaba cansado. Encendió las luces, y fue a ver si Alec se encontraba en su cuarto. No, no estaba. Ninguna señal de que pudiera indicar a donde se había ido, el mensaje que le envio desde la mañana todavía no le llegaba. ¿A dónde habrá ido?

El ambiente se sentía pesado pero no triste. Curioso, reviso las redes sociales de la exesposa de Alec, no le agradaba ella pero probablemente podría encontrar una pista. Y así fue, una foto de ella con su prometido y su hijo, parece que fueron de vacaciones a alguna playa. En la descripción de esta había escrito cuanto amaba a su nueva pareja y lo feliz que eran ella y su hijo.

Auch, eso debió doler.

Marcó repetidas veces a Alec, siendo un total de 9 llamadas, en las cuales ninguna respondió, no fue así hasta la décima llamada.

Alec! ¿Donde carajos estás?

-Llego en 2 horas Connor

-Pregunte ¿en donde estás?

-Lo siento, no te diré

Pudo notar que del otro lado de la llamada se escuchaba música y risas de mujeres.

-Dime dónde estás, por dios

-No cierres la puerta con llave

-

Te la voy a cerrar si no me d-

Y colgó, Connor exploto. Bajo rápidamente para tomar su carro e ír lo a buscar, no importaba si pasaba el resto de la noche de bar en bar. Lo iba a encontrar.

Busco en aproximadamente 25 bares, y en ninguno estaba, ya eran las 11 de la noche. Justo cuando salía de otro bar, una notificación llego a su celular, y al verla sus ojos se abrieron de par en par. Una foto de su amigo con una sonrisa malévola, rodeado de mujeres hermosas y con cuerpo de diosa, eran como 6 de ellas, 3 de cada lado suyo, posando seductoramente. La había subido a sus redes, ahora entendía. Le estaba tratando de dar celos a su exesposa. 

Y aunque sonara bien la idea, probablemente Cherryl no la vería.

Algo en Connor se sentía mal, estaba enojado, furioso, pero de una manera distinta, y no sabía que era. Vio de nuevo la foto, ya no tenía ojeras, su pelo estaba impecable, se había afeitado y sus ojos, sobre todo sus ojos, reflejaban enojo, pero al mismo tiempo malicia. Una gran sonrisa que por alguna razón parecían colmillos de lobo.

Cualquiera pensaría que es un hombre poderoso por sus expresiones, el lujoso lugar donde estaba, rodeado de mujeres bellísimas, con una camisa desabotonada hasta el pecho, pantalón desabrochado y el cierre abajo.

Una foto que destrozaría a cualquier mujer.

Connor ya ni sabía que hacer, debía marcarle, seguir buscándolo, o simplemente irse al apartamento y esperarlo.
A

l final, optó por la última

Cuando volvió, sentía algo en el pecho, no sabía que era, y dolía. Se dirigió a la cocina, ahí, había dejado la comida que trajo para Alec, en caso de que no hubiera comido en su ausencia, y también le había traído un gran ramo de girasoles con margaritas, sus favoritas, según lo que le dijo Fiore. Termino tirándolas al bote de basura.

¿Te enamorarías otra vez? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora