Un par de gramos.

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Se estaba volviendo loco por algo sin importancia, aun así, consumía más de la cuenta, pero él mismo lo había provocado. Sabía que no tenía derecho a reclamar, porque si lo hacía, quedaría como un idiota. Todo por un maldito beso. Sentía que exageraba, porque solo fue un pequeño toque en la mejilla, pero no pudo evitar que su corazón doliera por ello.

- ¡Mierda! - . gritó golpeando el espejo, haciendo su mano sangrar.

Respiraba rápido, mirando su reflejo, era hecho un desastre, estaba sucio, sudado, y su ropa rasgada y manchada demostraba que no se había aseado en días. Solo se limitaba a perderse en la miseria y soledad que lo invadían cada noche.

- Vete al carajo Kim Hongjoong. - soltó con desprecio.

Lavó su mano y salió del baño. Se tumbó en el sofá y tomó la lata de cerveza, bebiendo el poco contenido que quedaba y la tiró al suelo junto con las demás. Su casa era un basurero, llena de latas, envolturas, colillas de cigarrillos, botellas vacías y ropa por todos lados.

- ¡Oye Song, abre la puerta, tengo nueva mercancía! - una voz conocida se oía afuera de su departamento.

- ¡Púdrete Han! - grito, no quería abrir la puerta, ya tenía suficientes problemas.

No se molestó en levantarse. Ese idiota solo traía problemas y mala yerba que no estaba dispuesto a consumir. Prometió no hacerlo de nuevo, pero eso se fue al carajo hace dos semanas.

- Vamos Song, esta vez es buena, lo juro. - insistió Han.

- Lo mataré -susurró poniéndose de pie y caminando a la puerta. Al abrir, vio a un tipo más sucio que él.

- Si que eres un asco. - mencionó el chico delgado y de aspecto enfermo.

- ¿A si? - vio la mochila, y las cosas que cargaba, debía de estar muy loco para querer probar lo que traía.

- ¿Me dejaras pasar o te vendo esto afuera de tu puerta?

- Quiero coca. - dijo decidido.

- Si que estas deprimido. - Han se abrió paso y entro al departamento, sentándose en el sofá, sacando su mercancía de la mochila, mostrándola a su cliente más frecuente. - Tengo esta, es de buena calidad.

- ¿Cuánto? - mordió su labio, la indecisión presente en su voz.

- Cien. - le sonrió.

Mingi lo miró despectivo y caminó hacia él, tomándolo de la playera y azotándolo contra la pared. Era una maldita estafa, el precio estaba elevado.

- Por diez gramos de cocaína, ¿me cobrarás cien maldito idiota? - soltó con molestia, esto era un maldito fraude.

- Oh vamos, es un nuevo proveedor, ese precio es barato a comparación de como lo doy a otros. - habló Han asustado, tratando de calmar el ambiente.

~Addicted~ ||MinJoong||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora