Mingi está atrapado en una espiral de adicciones que amenaza con destruir su vida. Alejado de su familia y con una ruptura reciente que lo ha dejado devastado, cada día se convierte en una lucha contra el caos interno. En su búsqueda desesperada de...
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Mingi abrió la puerta de su casa con un crujido. El lugar estaba en silencio, una tranquilidad que contrastaba con el caos interno que sentía. Se detuvo en el umbral, sintiendo una mezcla de ansiedad y vergüenza. La luz de la mañana se filtraba a través de las cortinas, iluminando el lugar con una claridad que parecía cruel y despiadada.
Hongjoong estaba en la sala, sentado en el sofá con una expresión de preocupación que pronto se tornó en enojo al ver a Mingi. El silencio se rompió con el sonido de la puerta cerrándose tras él, y Hongjoong se levantó, caminando hacia Mingi con pasos decididos.
-¿Dónde estabas? - cuestionó demandante, su voz tensa. - Y quiero la verdad Mingi.
Mingi evitó su mirada, cruzando los brazos como si intentara protegerse de las palabras que se avecinaban. La culpa y la euforia que todavía nublaban su mente le dificultaban formar una respuesta coherente.
-Por ahí, con amigos. - respondió con frialdad, todo lo contrario, a lo que sentía en su interior.
-¿Amigos? - se acercó un poco más. - ¿Enserio?
-¡Si, maldición! - alzo la voz encarándolo con determinación. - Déjame en paz.
-¿Dejarte en paz? - alzo la voz, mirando a Mingi con completa confusión. - ¿Como esperas que haga eso? Desapareciste toda la noche y me pides que te deje en paz. Mierda Mingi, no voy a ignorarlo.
-¡Pues hazlo!
Se alejo y subió las escaleras, huyendo de evidente discusión que posiblemente acabaría en un maldito desastre, pero Hongjoong era obstinado y no dejaría que eso acabara ahí, lo siguió hasta el dormitorio donde evito que cerrara la puerta.
-¿Eso es todo lo que dirás? - cuestiono con amargura.
-No quiero hablar de esto ahora. -Mingi se movió hacia el armario, intentando evitar la confrontación. -Estoy cansado.
-¿Cansado? -repitió Hongjoong, su voz quebrada por la emoción. -¿Es eso todo lo que tienes para decir? ¿Llegas a casa después de perderte toda la noche, y lo único que puedes decir es que estás cansado?
Mingi sintió un nudo en la garganta, las palabras de Hongjoong resonando con una verdad dolorosa. Su cuerpo temblaba, pero su orgullo y su miedo a enfrentar la realidad lo mantenían en silencio.
-Mingi responde.
-¡Mierda Hongjoong, cierra la boca!
Hongjoong se quedó en silencio, su expresión cambiando de enojo a una tristeza profunda. Parecía estar luchando por encontrar las palabras adecuadas, pero al final, solo asintió lentamente, sus ojos llenos de dolor.
