Mingi está atrapado en una espiral de adicciones que amenaza con destruir su vida. Alejado de su familia y con una ruptura reciente que lo ha dejado devastado, cada día se convierte en una lucha contra el caos interno. En su búsqueda desesperada de...
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Todo su esfuerzo estaba dando sus frutos. Solo le quedaba un mes para graduarse y convertirse en enfermero, una meta que le apasionaba profundamente y en la que se esforzaba al máximo. Había pasado por demasiadas dificultades para llegar hasta aquí: mudarse a mitad de semestre, trabajar el doble para cubrir los gastos del departamento, lidiar con una relación tóxica y dañina, y enfrentarse a abusos constantes, todo mientras cumplía con sus obligaciones académicas. Era una carga inmensa, pero había aprendido a sobrellevarla.
Ahora, estaba feliz con su trabajo en el hospital, que le ayudaba a despejar la mente. Aunque solo habían pasado tres meses, había logrado mejorar considerablemente. Sin embargo, ver a Mingi en la universidad seguía siendo un golpe difícil de soportar. La transformación en él era evidente: se veía más delgado y pálido, y aunque le resultaba doloroso, había aprendido a priorizarse a sí mismo. Los problemas de Mingi ya no eran su responsabilidad.
- Podrías atender al chico de la habitación diez. Son lesiones menores. -su jefe de turno le entregó el expediente con una expresión cansada.
- ¿Claro, algo en específico que deba saber? -preguntó, tratando de ocultar su inquietud.
- Es Mingi. -El suspiro de su jefe indicaba el malestar.
A pesar de su amor por la profesión y su deseo de ayudar, Hongjoong deseaba no tener que cubrir un turno doble ese día. Tomó lo necesario y caminó hacia la habitación, donde podía oír claramente las discusiones acaloradas que se estaban llevando a cabo.
- ¡Tenías que controlar tus impulsos! -Yunho estaba visiblemente molesto con Mingi.
- ¡No le pedí que hablara estupideces! -Mingi respondió con desdén, restándole importancia a las críticas.
- ¡Claro, lo tenías todo bajo control, ¿verdad? -San estaba incrédulo ante la actitud de Mingi.
- ¡Basta ya! -Mingi estaba al límite de su paciencia. - ¡Ya está todo hecho una mierda, así que cierren la boca!
Hongjoong entró en la habitación, encontrando a Mingi y a sus amigos en una tensa confrontación. La intensidad de la escena hizo que Kim sintiera un torbellino de emociones. A pesar de que Mingi había sido una parte importante de su vida, ahora debía ser profesional y mantener la distancia. Trató de respirar profundamente para calmarse y concentrarse en su trabajo, aunque no podía evitar sentir una punzada de incomodidad y resentimiento.
Mingi, a pesar de estar herido y vulnerable, seguía mostrando una actitud desafiante. Kim sabía que debía tratarlo con cuidado, especialmente dado el historial de adicción de Mingi. La aplicación de anestesia podía ser problemática, así que Kim necesitaba ser meticuloso.
- Necesitarás sutura para el corte en la cabeza. -Kim se levantó para buscar lo necesario. - Supongo que la anestesia no es una opción.
