-Misterios tras misterios-

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Iniciamos con un nuevo día, en la mañana.

Stanford despertó a los gemelos temprano, para así, puedan comer su desayuno.

Les preparo especialmente huevos con tocinos.

Los chicos comieron, y les pareció extraño que una comida tan simple, le salió deliciosa a su tío.

Mabel, fue la primera en decir algo al respecto.

"Hey, tío Ford, cocinas muy bien" como siempre tan sonriente, le pega una pegatina en la frente, la cual dice:

"¡Bien hecho!"

Y de paso le dió un golpe amistoso, al estilo Mabel.

Stanford se rió y dijo:

"Jajaja, basta, Stanley" demostrando su felicidad, sin embargo, se equivocó de nombre.

Al percatarse de ello, cambio su sonrisa, a una muy seria.

"Lo siento Mabel, me equivoqué de nombre" decía con un tono triste.

"Oh, no te preocupes, si es que te hace recordar a mi, nuestro tío Stanley debe de ser muy genial" felizmente respondía.

Por otro lado, Dipper se mostró curioso, le llamó la atención el hecho que su tío se haya puesto triste al mencionar a Stanley, pero no dijo nada.

Luego de ello, siguieron comiendo, hasta que Ford decidió comentarles  algo:

"Uh, chicos. Si en algún momento toman un paseo, tengan cuidado, este pueblo es algo extraño. Mi recomendación es que salgan los dos a la vez, así más seguridad tendrán"

Los gemelos se mostraron extrañados, aunque tomaron muy en cuenta sus palabras, y asintieron con la cabeza.

Ya después de un tiempo, terminaron de comer.

Ford se levantó , y dejó su abrigo colgado.

Ya al hacerlo, se fue a la dirección de su museo, empezando a ordenar todo, ya que abrirá dentro de poco.

Mientras que Dipper y Mabel jugaban solo atraparse el uno al otro.

Los hermanos gemelos corrían, aunque desafortunadamente, Dipper chocó con algo, en donde aquel abrigo de Stanford estaba, así tirando todo al suelo.

Ford gritó a lo lejos:

"¿Están bien, chicos? Escuché un ruido bastante fuerte"

"Sí tío Ford, solo se nos cayó algo, pero ya lo vamos a ordenar" Respondía Mabel.

Por ende, los dos intentan ordenar todo. Pero se percatan que hay un libro que cayó del abrigo allí, un diario con la portada de una mano cortada a la mitad, que tiene por delante lo que parece ser un 3 cortado también a la mitad. Los gemelos al verlo, no pudieron evitar su curiosidad, y se lo llevaron.

Corriendo se fueron a su habitación.

Dipper apenas tocó su cama con Mabel, abrió aquel libro.

Al hacerlo, notaron que no tenía escrito en ninguna parte al autor.

Con aún más curiosidad, siguieron hojeando, pero a Mabel le aburrió.

"Esta cosa es de nerds, mejor me iré a ver si aparece en el museo mi futuro novio" decía yéndose, la hermana gemela.

Cuando se fué, Dipper siguió hojeando cada vez más, y más interesado en todo lo que dice el contenido.

Oh, no Stanford. Cometiste un gran error en olvidar tu diario en el abrigo, no importa lo poco que hayas dormido, tuviste que haberlo dejado allí abajo.

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