-Desesperación-

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Regresamos en el tiempo.

Antes de Mabel, y Dipper.

|Pov Stanford Pines|

Observamos a un Ford joven, buscando formas de encontrar su diario faltante.

El quería su hermano, y ya.

Tenía todos los suministros para el portal, solo necesitaba su libro.

"¿Dónde estás? ¿Dónde estarás?" Se preguntaba.

Pasaba días buscándolo, e incluso preguntaba casa por casa preguntando si habían visto aquel diario.

Al llegar en la casa del padre de Gideon, el hombre claramente no le iba a dar el diario, ni mucho menos mencionarlo, por instrucciones.

Pasó por todas las casas, y nada.

Por bosque, y nada.

No lo encontraba, sentía desesperación ante ello.

"Por favor, solo quiero traerlo de vuelta, quiero pedirle perdón, y abrazarlo" se decía.

De tanto buscar, se sentó, pensando en donde podría estar.

(Podría preguntarle a Bill) Pensaba.

Pero al momento se arrepintió hacia aquella idea.

Todo esto lo estaba llevando a la locura.

No entendía nada.

Tal locura, que se golpeaba la cabeza ante los árboles.

Golpeaba los mismos.

No sabía que hacer, estaba extrañado.

"Stanley, te extraño" dijo.

Después de todo, regreso a su museo, cansado.

Al llegar, vio a un chico en la entrada.

Aquel pequeño, veía curioso todo lo que contenía el museo desde fuera.

Stanford al verlo, sintió una leve felicidad, ya que alguien joven sentía mucha atracción ante sus investigaciones.

Luego, lo dejó entrar, como un cliente exclusivo.

"Vaya, había escuchado a unos chicos pre-adolescentes hablar de este museo, es increíble" decía el chico.

"¿Eso te parece? Eres muy joven como para que esto te parezca genial" preguntaba Ford.

El chico no respondió ante la pregunta de Stanford, y se acercó a una investigación, la cual estaba defectuosa, y Ford aún no había reparado.

Al agarrar aquel objeto, de alguna manera, la arregló.

Seis dedos al ver ello, se mostró asombrado, y luego de pensarlo muy poco, la verdad, le dijo lo siguiente:

"Hey, cuando salgas de tus estudios, te podría dar un puesto aquí ¿Sabes?"

Por lo cual, el niño le respondió:

"Wow ¿Enserio? Sería un gusto"

Ford sonrió al saber su respuesta, e incluso lo invito a ir cada que quiera, y ahí enseñarle algunas cosas.

"¿Cuál es tu nombre, chico?" Preguntaba Stanford Pines.

"Jesus, pero usualmente me llaman Soos, así que soy Soos" respondía.

"Un gusto, Soos. Yo soy Stanford Pines" dijo de vuelta.

"El gusto es mío, señor Pines" respondió al hombre.

Algo en Ford, le hizo sentir aliviado, y un poco feliz.

Luego de un tiempo, Soos se graduó, y en aquella Stanford asistió como su padre.

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