Capítulo 5: "Sin vergüenza"

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Calista

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Calista


Llegó el día en que debí volver a tener contacto con personas.

Personas que no me agradaban, pero se suponía que eran mis amigas.
La mayoría eran mujeres con mucho dinero, ya fuera gracias a sus padres o esposos, pero sin duda: mimadas.

Detestaba hablar o tener que verlas en reuniones formales e informales, pero llegó un dia que no pude evitar.
Porque la misma Lyla había organizado un evento para anunciar mi matrimonio.

Todo el tema no perjudicaba mi trabajo, o al menos, no directamente.
Lo que sí hice fue pensar en Ross y en el tiempo que debería pasar con ella.
Incluso hasta en medio de sesiones de fotos me quedaba tildada.

Varias veces repetí tomas, hasta que la modelo tuvo su descanso y decidió ir a comer algo. P
Alex notó mi desconcentración, y lamentablemente me conocía lo suficiente como para saber que no estaba dando todo de mí.

—Estás como... algo ida —comentó ladeando la cabeza y lo único que hice fue descolgar mi cámara de mi cuello—. ¿Está todo bien?

—¿Por qué algo estaría mal?

—Te concentras solo en el trabajo, pero ayer y hoy estuviste en las nubes. ¿Ocurrió algo en tu vida super personal e íntima?¿Tiene que ver con Ross?¿Pelearon? Dime que no.

—No, claro que no —negué varias veces y ella suspiró con alivio—. Hoy en la noche iremos a la cena que organizó Lyla. Estoy pensando en eso.

«Y en cómo seguir manteniendo la mentira»

—Señoritas Emerson —escuchamos una voz en la puerta y las dos volteamos—. Hay una mujer que llamó buscando a Calista.

—¿Quién? —pregunté confundida. No estaba esperando a nadie.

—Ross Jackson, dice que es urgente.

—¿No dijo el motivo?

Tatiana negó con la cabeza y un escalofrío me recorrió todo el cuerpo.
¿Y si algo grave había pasado?

De inmediato dejé mi cámara en las manos de Alex y fui con mi secretaria.

Quizás Ross había metido la pata, podría haberle dicho la verdad a alguien sin querer, quizás alguien la había descubierto por una casualidad o puede que le hubiera pasado cualquier cosa.

Al seguir a Tatiana los nervios casi me consumieron, y cuando entré a mi oficina y contesté el teléfono casi con el corazón en la mano.

—¿Estás bien?¿Qué ocurre?

—Hola Cali, ¿qué hay?

—¿"Qué hay"?¿estás bien?

—Estoy perfecta, pero respecto a la cena de hoy, ¿debo ir vestida formal? —preguntó con calma.

Un Anillo Para RossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora