5

2 0 0
                                    

—Despierta —oyó una voz masculina.

Al abrir los ojos vio a un hombre pelinegro frente a él. Estaba vestido como un doctor y, a diferencia de las demás personas que había visto antes, no lo reconocía.

—¿Quién eres? —preguntó a la defensiva mientras se reincorporaba.

—Calma, soy yo.

Hero lo miró confundido. Y se dio cuenta de que no le hablaba a él, sino a la persona que sus espaldas.

—¿Qué haces aquí?

Era Lia, la misma niña que conoció hace nueve años y la misma joven que ahora estuviera viendo todos aquellos recuerdos. Su cara ya era casi visible. Podía notar su expresión apagada y su mirada dolida.

—Te traje algo de comida —dejó la bandeja en el suelo a un lado de ella a lo que ella la apartó.

—No quiero, gracias.

—Necesitas fuerzas, Lia.

—¿Para qué? ¿Otra prueba? —preguntó con ironía

—Quiero compensarte, sé que debí decirte antes, pero no pensé que sería un buen momento.

—Nunca iba a haber un buen momento

El mayor asintió: —Quisiera ayudarte a escapar.

La chica frunció el ceño —¿Escapar? —lo miró molesta —¿Qué sentido tiene? ¿Qué se supone que haga? Ella ya no está —exclamó mientras su voz se rompía con cada palabra y su mirada se suavizaba —murió. Ya nada tiene sentido si ella ya no está.

—Lo sé, pero eres muy joven. Puedes irte, vivir. Sé que no será lo mismo, pero podrás irte y ser libre. — Se puso enfrente de ella y tomó sus manos para darle algo de apoyo. —Mereces vivir, Lia.

...

Era de noche; Hero estaba en el pasillo caminando tras de aquel hombre y la pelinegra. A este punto no le importaba mucho si su alrededor era real o no, pero si algo tenían de razón, iba a encontrar la salida a través de él.

—Okey, solo tienes que cruzar esta puerta, ir a la derecha y podrás irte.

—¿No vendrás?

—No puedo ir, pero puedo darte algo —sonrió y rebuscó en sus bolsillos —inyecta esto en el brazalete cuando estés fuera; con esto podrás quitártelos —le entregó una jeringa con un líquido de un color azul electrizante.

Hero la miró y por un momento intentó tomarla, pero solo traspasó la mano de la chica, y posteriormente se activó una alarma.

—¿Qué pasa? — Lia miró asustada a su compañero.

—Lia, corre

El pasillo empezó a llenarse de seguridad y doctores, quienes al ver a la chica corrieron directo a ella.

—¿Qué se supone que haces? —Uno de los doctores golpeó al hombre y lo agarró de la camisa. —¿Sabes la estupidez que estás haciendo?

Él lo miró desorientado por el golpe, mientras se limpiaba la sangre que salía de su labio. —Ella merece ser libre, merece vivir una vida normal.

—¿Normal? —resopló con ironía y soltando agresivamente la camisa del contrario—. Ella nació para ser un mono de feria, y nosotros le dimos un propósito.

—¿Torturándola? ¿Teniéndola encerrada? —El hombre recuperó su postura y se iba acercando de forma amenazadora. —¿Matando a su familia?

—Matando a todo aquel que se interponga en nuestro camino —el doctor sacó una pistola y le apuntó —gente entrometida, justo como tú—. Lia apareció agitada por el pasillo y quedó paralizada al ver la escena. —Esto es lo que les pasa a las personas entrometidas —esta vez se dirigió a la chica.

Detrás de ella estaba un guardia, con una vara eléctrica en la mano, dispuesto a inmovilizarla y el hombre se percató de eso.

—¡Lia cuidado!


Todo pasó muy rápido.

El doctor apretando el gatillo.

El guardia dirigiendo la vara hacia la chica.

Lia volteando, en un intento de esquivarlo...

Y su salvador dando su último respiro.


La pelinegra cayó al suelo, gritaba de dolor y se agarraba con fuerza el ojo derecho.

—Lleva el cuerpo de Jones afuera y después lleva a la mocosa a su cuarto —ordenó el doctor guardando el arma.

—¿No sería mejor llevarla a la enfermería, señor?

—Esto —la señaló despectivamente— se lo busco.

El guardia asintió y tomó el cuerpo del hombre que yacía en el piso...

—¡No! —exclamó la chica arrastrándose débilmente y estiro su mano hasta tocar el zapato del mayor.

—Vamos, no lo hagas más difícil —apartó el pie y se fue dejándola ahí

Lia volteó hacia Hero. Su cara se hacía completamente visible mientras la marca en su ojo se iba extendiendo alrededor del mismo. Su mirada transmitía dolor, tristeza y enojo. La chica se arrastraba hacia él mientras su mirada cada vez se iba tornando más furiosa.

—¡Basta! —exclamó Hero corriendo hacia la puerta de salida.


Hero se encontraba en una habitación parecida a una oficina. Había papeles tirados por todos lados, un escritorio con una computadora y gabinetes.

Parecía al fin haber salido de aquel control mental; todo a su alrededor estaba tan destruido como cuando llegó.

—Salí —rió mientras algunas lágrimas salían de sus ojos. —Salí... —susurró.
—Tengo que encontrar la salida

Rápidamente empezó a buscar entre todos los papeles, buscando algún plano, alguna llave, lo que fuera que lo ayudara a salir de ahí. Revisó entre todos los papeles información de pacientes, trabajadores e incluso de las personas que alguna vez habían secuestrado; y entre todos esos papeles resaltaba un expediente que tenía en la portada escrito "Lia Bloom".


•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

Hola!

Nuevo capitulo.

No se olviden de votar y, si quieren, comentar :)

Bye :D

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 25 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

HeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora