MISMO LUNAR [MilkLove & LingOrm]

34. Volver

Todo parecía sacado de un sueño.
Mis ojos se abrieron para encontrarse con la figura dormida de Love frente a mi, estaba de costado, su labios ligeramente abiertos y mechones de cabello cayendo por su rostro. Uno de sus brazos estaba cruzado de tal manera que uno de sus pechos no podía visualizarse. Tenía la parte superior de su cuerpo desnuda ya que el cobertor la tapaba hasta la cintura.

No podía existir una mujer tan mortalmente hermosa como ella en el planeta tierra.

— Siento que si continúas mirándome de esa manera vas a perforar alguna parte de mí cuerpo.

Su voz aún adormilada me hizo subir la mirada para encontrarme con sus ojos marrones y brillantes fijos en mí.

— Buen día, Patt — me acerqué para dejar un beso en sus labios.

— Buen día, cariño.

— ¿Te sientes bien?

— Estoy de maravilla

— ¿No estás cansada?

— No lo estoy o bueno, creo que un poco de comida y agua no me caería mal ahora mismo.

— Opino lo mismo. Anoche un pequeño gato naranja me hizo correr…

— ¿Te hizo correr o correrte?

Definitivamente ese juego de palabras me había dejado en blanco, estaba atónita frente a esta versión traviesa de mi novia. Tendría que acostumbrarme a ella, me encantaba.

— Love…

— ¿Qué?

— Traviesa

— No lo soy ¿Me dices eso sólo por ser sincera?

— Demasiado sincera diría

— ¿No te gusta?

— Mucho, sí

Mis ojos se desviaron hacia la parte de su cuerpo que estaba descubierta.

— ¿Te gusta verme desnuda?

Ella me había atrapado. Esa pregunta estaba de más, la respuesta era obvia.

— ¿Por qué quieres saberlo? — Trataba de discimular mirando hacia el techo.

— Responde, Pansa Vosbein

Muy a pesar de haber estado con ella haciendo el amor casi toda la noche, no podía responder. Tragué saliva con fuerza, me sentía muy avergonzada. ¿Era normal sentirse así?

— Love…

Subí un poco la sábana y la mordí. ¿Por qué tenía vergüenza responder la pregunta?
Love era más intimidante de lo que pensé que sería.

— Milk, cariño, eres tan adorable — Love extendió su mano hacia mí rostro para presionar una de mis mejillas.

— Noooo ¿O sí?

— Dios mío, sí que lo eres, mira tu rostro Ownssss — Love terminó por sentarse sobre mí — Tus mejillas son tan Anwsss. Me encantan.

Tenerla desnuda en el momento del acto sexual era muy diferente a tenerla desnuda solo por una tierna agresión de su parte. Mis ojos trataron de centrarse únicamente en su rostro, pero, gracias a mi vista periférica no pude evitar ver sus pechos, los tenía ahí apuntando hacia mí.

— Love, vas a caerte — dije tomando los costados de su cuerpo.

— Claro que no, mi novia me tiene muy bien asegurada.

Ella tenía un talento para mover las cejas de forma traviesa muy única.

— Tus mejillas están rojas como un tomate, no me gustan los tomates, sin embargo no me importaría morder este par.