Cap 48: Cadenas y Sombras

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En algún lugar de las lejanas montañas de Svalbard, en Noruega, a 60 metros bajo tierra en un búnker, un joven rubio con gafas estaba sentado frente a una mesa llena de pantallas

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En algún lugar de las lejanas montañas de Svalbard, en Noruega, a 60 metros bajo tierra en un búnker, un joven rubio con gafas estaba sentado frente a una mesa llena de pantallas.

Computadoras conectadas a otras computadoras, portátiles dispersos por la larga mesa, un radio comunicador, y otros dispositivos extraños, como un radar, llenaban la habitación. El joven tecleaba sin parar en uno de los portátiles, mientras las pantallas mostraban diferentes imágenes y datos.

Un gato negro con manchas blancas caminaba entre los cables en el suelo, maullando en un intento por captar la atención de su dueño, mientras Alexander tomaba un sorbo de café.

—Estoy ocupado, Nay... —murmuró Alexander a su gato mientras se movía hacia otra computadora.

Deberías prestarle atención a tu mascota, Alexander —dijo una voz robótica, y la imagen de un chico apareció en todas las pantallas —. Nay va a destruir tus computadoras si no le haces caso.

—No me das miedo, Nay, ninguno de los dos —dijo Alexander mientras pulsaba un botón que devolvió todas las pantallas a su función original. La imagen del chico se trasladó a la pantalla de la computadora que Alexander estaba usando —. ¿Qué pasa? ¿Conseguiste la información que te pedí?

Sí, pero primero discúlpate con Nay —dijo el chico con un puchero.

—¿Cuál Nay, tú o mi gato? —preguntó Alexander, poniendo los ojos en blanco.

Ja, ja, qué graciosito —dijo el chico con ironía, acercándose más a la pantalla—. Eres el único idiota que le pone el nombre de su gato a su inteligencia artificial. —Se cruzó de brazos—. Si tuviera un cuerpo físico, me la pasaría dándole mimos a Nay; es el único ser vivo mínimamente pensante que te soporta. — Le sacó la lengua.

—Te comportas como un niño —dijo Alexander, golpeando la barra espaciadora y haciendo que la imagen desapareciera de la pantalla—, y no me vas a convencer de hacerte un cuerpo; serías un peligro.

Exagerado humano... Como sea, ya conseguí la información —dijo Nay, sonriendo desde una pequeña pantalla de un portátil—. Colombia obtuvo el poder del Amrret correctamente, y luego ayudó a los estúpidos contra UK. Venció a un monstruo y acabó con los tipos alemanes que iban a secuestrar al señor Bogotá, con daños mínimos.

—¿A qué te refieres con "daños mínimos"? ¿Cuántos murieron? —preguntó Alexander, preocupado.

Solo una baja de nuestro lado, el señor Canadá murió salvando a Estados Unidos del Imperio Japonés. Tengo el vídeo si quieres verlo.

—Mierda, no —dijo Alexander frunciendo el ceño—. Suenas demasiado desalmado.

No tengo alma, ¿qué esperas de mí? —dijo Nay, girando los ojos—. Rusia resultó herido, pero vivirá. El resto tiene heridas leves, y Helmut...

Origenes: El libro del todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora