Parte IX

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Isaias, sintiendo que necesitaba respuestas, decidió ir a buscar a Lily. Quería saber por qué lo había dejado de esa manera, sin explicación alguna.

Finalmente, encontró a Lily y a Percy en un lugar apartado, fuera de la casa de playa. Y lo que vio lo dejó sin aliento: Lily y Percy se estaban besando apasionadamente.

Isaias se sintió como si hubiera sido golpeado por un rayo. No podía creer lo que estaba viendo. La persona que él amaba, la persona con la que había compartido tanto, estaba besando a otro hombre.

Se sintió traicionado, engañado y herido. No sabía qué hacer, ni qué decir. Solo podía mirar, con los ojos llenos de lágrimas, mientras Lily y Percy continuaban besándose.

Percy, al darse cuenta de que Isaias los había encontrado, se rió y le dijo: "Sabía que eras un perdedor, Isaias. Sabía que nunca podrías retener a alguien como Lily".

Lily, por su parte, ni siquiera se molestó en mirar a Isaias. Siguió besando a Percy, como si Isaias no existiera.

Isaias, sintiendo que había perdido todo, se dio la vuelta para irse. Pero Lily y Percy no se detuvieron ahí. Comenzaron a insultarlo, a gritarle palabras hirientes y a lanzarle rocas pequeñas.

Isaias trató de ignorarlos, pero era difícil. Las palabras de Lily le dolían especialmente, porque sabía que ella conocía sus secretos, sus miedos y sus debilidades.

Las rocas pequeñas le golpeaban la espalda y la cabeza, pero Isaias no se detuvo. Siguió caminando, tratando de alejarse de la escena.

Pero entonces, escuchó a Lily gritar: "¡Vete, Isaias! ¡Nadie te quiere! ¡Eres un perdedor!"

Isaias se detuvo y se dio la vuelta. Miró a Lily y a Percy, y les dijo: "Me duele ver que hayas elegido a alguien como él. Pero espero que seas feliz, Lily. De verdad".

Y con eso, Isaias se dio la vuelta y se alejó, dejando atrás a Lily y a Percy, que seguían insultándolo y riéndose de él.

Amor EnvenenadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora