Capítulo 8: La belle nuit

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Horacio: afecto

Inestabilidad del software: ¿?¿?¿?


Tras la repentina salida del de cresta de la mansión, Volkov se preguntó si le sucedería algo. Decidido salió hacía el jardín en busca de obtener respuestas sobre donde se había marchado Horacio.

Una vez en el exterior examinaba con la mirada los alrededores del jardín. A lo lejos pudo vislumbrar su silueta en la pista de tenis. ¿Qué haría allí?

Creyó conveniente saber el estado del moreno, por esa razón dirigió sus pasos hacia este.

A medida que se acercaba más, podía distinguir características comunes del estado anímico de la tristeza humana. Se encontraba sentado bajo la tenue luz que alumbraba la pista con la mirada puesta en un punto fijo hacia las vistas a la ciudad.

—Disculpe director, ¿se encuentra usted bien? —pronunció.

—Sí, —dijo en voz baja —simplemente hay días y días.

—¿Hay algo que le inquiete? —se interesó

—No realmente, me gusta estar aquí y pensar.

—Pero se le ve algo triste —inquirió.

—A veces es normal, ¿nunca te has sentido triste sin ningún motivo? —preguntó Horacio.

—No tengo sentimientos señor —hubo un breve silencio

—Entiendo —la voz del director era baja

—¿Qué suelen hacer los humanos para sentirse mejor? —dijo con curiosidad el androide —Según mi base de datos, actividades como hacer ejercicio u hornear galletas pueden ayudar a incrementar el estado de felicidad.


Esta pregunta sorprendió a la vez que le resultó graciosa al contrario.


—Jaja —rió dulcemente —Sí, puede ser que eso funcione, pero no son cosas que me apetezcan mucho hacer.

—¿Y cómo se puede mejorar la tristeza?

—Esa es una pregunta con muchas respuestas Volkov, a cada uno le hacen felices unas cosas diferentes. Por ejemplo pasar tiempo con alguien, que tengan un detalle contigo sin ningún motivo o simplemente una sonrisa pueden alegrar un día.

—Creo que comprendo lo que quiere decir —el androide se encontraba pensativo mirando hacia las vistas que daban afuera de la mansión —Deme un momento director, ahora vengo.

—Ehh, ¿de acuerdo? —se quedó confundido.


Volkov salió de la pista de tenis con un nuevo objetivo, encontrar algo que hiciera sentir mejor a Horacio. Lo cierto es que él no entendía mucho de esas cosas pero después de esa pequeña charla algo de luz se arrojó sobre sus dudas. Estaba convencido de que si el ánimo del director mejoraba la investigación también lo haría.


Inestabilidad del software: ⇮⇮⇮


Se centró en buscar un pequeño detalle. 

¿Qué podría ser?

¿Un postre? No, Horacio no tenía hambre

¿Algún regalo? No, era de noche y no había nada abierto


Observó por sus alrededores, vio una piedra, pero evidentemente no le iba a dar eso porque se la tiraría a la cabeza. Fue entonces cuando vio aquellas bonitas flores que con esmero se tomó la molestia de plantar tiempo atrás cuando llegó a la mansión.

Se acercó y seleccionó una que le pareció más única que el resto. Se trataba de un lirio azul.

Sí ¿por qué no? una flor podría ser un buen detalle.


Con la flor en la mano volvió a poner rumbo a la pista de tenis, a paso moderado se adentró a esta y se acercó a Horacio hasta llegar a su posición.

—Tenga director, tal vez esto le haga sentir mejor —le tendió la flor.

—¿E-es una flor? —la tomó algo sorprendido.

—Sí, creí que eso podía ser un detalle de esos que mencionó usted. ¿Ha funcionado? —preguntó.


Horacio observaba la flor entre sus manos en silencio bajo la atenta mirada tanto de Volkov como de la luz que emergía de las farolas. El silencio se prolongó unos segundos.

—Sí, ha funcionado —soltó sin más.


Dicho esto se dejó caer hacia atrás quedando tumbado en el suelo de la pista de tenis con la flor entre sus manos cerca de su pecho

Pasaron unos cuantos minutos en los que el androide se quedó estático e inexpresivo esperando recibir alguna indicación por parte del de cresta. ¿Debía irse o quedarse? Pronto salió de dudas.

—Oye, ¿te vas a quedar de pie? —preguntó.


Horacio: ⇮⇮⇮


El androide entendió su invitación a tumbarse a su lado, este lo hizo a una distancia algo prudente.

—¿Quiere hablar de algo director?

—No, no quiero — pronunció con un tono de voz suave mientras miraba al firmamento.


Volkov no insistió más, entendía que Horacio no tenía ganas de hablar así que simplemente se limitó a hacerle compañía, mientras ambos miraban las estrellas. Aunque las cosas como eran, los dos se miraban furtivamente de rato en rato, unas veces Volkov otras Horacio, simplemente para asegurarse que el otro seguía allí.

Sin embargo fueron algo descuidados y terminaron por mirarse a la vez en una de tantas. Sus miradas se encontraron como si de las estrellas que hacía unos escasos instantes que estaban observando se tratasen.


—Gracias —al fin pronunció el de ojos bicolores.

Volkov como respuesta esbozó una sonrisa, se supone que eso es lo que hacía feliz a la gente según lo dicho por Horacio. ¿No?

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⏰ Última actualización: Aug 26 ⏰

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