Capítulo 7: Sin avances

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Horacio: afecto

Inestabilidad del software: ¿?¿?¿?


Nada, absolutamente nada. Habían pasado días desde el último incidente sobre la divergencia y nada arrojaba nuevas pistas. Volkov se encontraba en el despacho analizando y volviendo a analizar todo lo que tenían de momento. Avistó que en el despacho de enfrente se encontraba Horacio hablando con Alanna. El director parecía alterado, probablemente la conversación fuera sobre el caso. Volkov volvió a intentar averiguar algo nuevo pero los resultados fueron los mismos que los de hacía unos minutos. Nada.

La puerta se entreabrió a la par que se escuchaban unos ligeros golpecitos.

—¿Se puede? —era el director.

—Por supuesto, adelante —apartó un poco el desorden de la mesa.

—¿Tienes algo nuevo? —interrogó el recién entrado.

—10-5

—Acabo de hablar con Monnier. —hizo una pausa —Me ha dicho que cada vez tiene más casos sobre la divergencia y que la cosa pinta bastante mal.

—¿A que se refiere?

—La investigación cada vez está más cerca de acabar en manos de la CIA.

Volkov se quedó pensando.

—Pero no pueden hacer eso, estoy seguro que lo vamos a resolver —parecía molesto — Solo necesitamos más tiempo.

—Pues a ver como se lo dices a los de arriba.

—Recapitulemos toda la información, tiene que haber algo —dijo con determinación.

—Adelante —se sentó y se cruzó de brazos.

—Los divergentes no tienen ningún tipo de relación entre sí. Lo he comprobado, ningún componente, ninguna pieza, han sido fabricados en lugares y horas diferentes. Por lo que he podido observar simulan emociones y parecen tener obsesiones. Lo único que encuentro en común entre todos es ''rA9'' y no hay nada en la base de datos con ese nombre. El primer caso en el que trabajamos juntos, el asesinato de Liam Murray, el divergente dijo ''Habrá un día en el que seremos libres, él nos hará libres.'' ¿Es una especie de Dios? —buscó la mirada del director —Se nos está escapando algo.

—Y si... —Horacio se quedó pensativo —¿Y si es verdad que tienen sentimientos?

—Es imposible director, son máquinas diseñadas para cumplir ordenes. Debe haber algo en su programación ¿Pero el qué?

—¿Y qué dice tu programación Volkov? Alguna vez tendrás que haber sentido algo.

—Negativo —dijo

—Entiendo —pronunció el de cresta algo pensativo —Me voy a casa, creo que ya es suficiente por hoy. —parecía cansado — ¿Vas a venir?


Sin emitir ninguna palabra más el androide comenzó a seguir a Horacio hasta el vehículo. El trayecto fue de lo más normal, nada fuera de lo común. Recorrieron las calles hasta llegar a la zona rica de la ciudad donde se encontraba la mansión del director. Con pesadez Horacio bajó de coche tomando con él los informes que se había llevado a casa. Con diestra sacó las llaves del bolsillo y se dispuso a abrir la puerta de su hogar.

—Ahora bajo, voy dejar esto en la oficina —le hizo saber.

—10-4 director —dijo el de pelo gris mientras se dirigía a la cocina.


Horacio subió las escaleras hasta llegar al piso de arriba. Al llegar a su destino y abrir la puerta, encendió la luz de la oficina. Sin embargo, su atención fue puesta en la caja que reposaba en el suelo y las fotos perfectamente ordenadas. Esto no estaba así. Él las tiró todas al suelo debido a la frustración y en cuanto a la caja, esa no era en la posición en la que estaba la última vez.

Suspiró algo desanimado. Estaba seguro que Volkov en una de sus aventuras limpiando la mansión debió encontrarse con el desastre y por ende husmear en él.

Dejó sus informes en la mesa y sin darle más vueltas bajó al piso de abajo nuevamente. Vió al androide preparando algo en la cocina,

—Director la cena ya está casi —anunció.

Horacio pasó de largo con la mirada algo perdida hasta llegar a la puerta.

—Lo siento, no tengo hambre —dijo con un tono bajo, después salió afuera hasta el jardín.

Volkov se quedó algo descolocado ¿Qué le ocurriría al director?

Los Santos Become HumanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora