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[Capítulo 46] "Seguir"

Pov. Calle.

El día que Laura me dio la noticia del despertar de Poché, me sentí pletórica. Emocionada y… con ganas de comerme el mundo solo para volver a estar a su lado. Luego, hubo un silencio muy largo. Me convencieron de que todo estaba bien y aún con la incertidumbre, competí. Hice un recorrido baste bueno en la arena y con Quennie estábamos felices, disfrutando el ruido de la gente por primera vez en meses, pero al terminar… Maru me esperaba con la expresión más triste que le había visto en años y me dio una noticia que apenas pude creer.

Poché no estaba. Mi novia, el amor de mi vida había desaparecido y no la encontraban por ninguna parte.

Ese día conseguí el puntaje necesario para clasificar a París y tal como me propuse gané la medalla de oro en el campeonato mundial… Pero yo ya no estuve ahí para recibirla.

Volví como pude a Miami. Manejé como loca desde el aeropuerto hasta el hospital. Apenas me di cuenta que todavía vestía mi ropa de competencia, pero no me importó.

Cuando llegué, estaban todos. Johan, Laura, Juan Carlos, Estefano, mi papá y Juliana. Todos mirándome con una expresión indescifrable que oscilaba entre la culpa, el dolor y la rabia. también estaban dos agentes de policía, interrogando a un par de enfermeras y otro más alejado, hablando con un médico que jamás había visto antes.

Jamás olvidaré ese momento. Laura se me acercó pidiéndome perdón. Johan hizo lo mismo pero yo no quería disculpas. Necesitaba respuestas.

Me explicaron que cuando llegaron al hospital, Poché ya no estaba en la habitación. Cuando fueron a hablar con Estefano, él les dijo que el doctor Thomson le había ordenado salir mientras la revisaba y él tampoco se explicaba qué había pasado. Luego supieron que el dichoso Thomson solo había seguido las indicaciones de la puta enfermera del demonio. Era nuevo, era su primera semana y estaba en su primera guardia. Además, en medio de su arrogancia jamás pensó que una enfermera se atreviera a engañarlo y como quería coleccionar felicitaciones y deudas de favores, solo "se había limitado" a corroborar lo que esa mujer le dijo.

Ese era el médico al que estaban interrogando. Yo casi me le lanzo encima. ¿Cómo le daba el alta a una paciente que apenas había despertado de un coma de casi tres meses?

Pero entonces lo supimos...

Poché había despertado hace más de cuatro semanas. El doctor se defendió diciendo que todo estaba en el expediente que le había dado Margot, un expediente que por lo visto era el real. Que incluso no había sido él, el que firmó el alta sino que había sido Johan y él "solo* había querido congraciarse al evitarle tanto trabajo a su colega, sin saber que era de su mejor amiga de la que estaba hablando. Y que obviamente no había firmado nada.

Estefano también se culpaba, decía que no debió haberla dejado sola, pero ¿quién iba a pensar que algo así sucedería? Él me dijo además, que mi amor había estado confundida, que no recordaba cosas y que le hizo preguntas algo extrañas, pero que no pudieron seguir hablando porque Thomson había llegado. Todo había sido rápido y siniestro.

Claramente Juan Carlos puso una denuncia por su desaparición de inmediato, pero prácticamente tuvieron que obligar a la policía a ir al hospital. Y lo que pasó después fue en verdad surreal. Pidieron las cámaras de seguridad y pudimos ver como Margot salía campante y tranquila, con mi novia en una silla de ruedas, por la puerta principal del hospital sin que absolutamente nadie la detuviera.

El corazón se me llenó de rabia, más rabia de la que creía posible. Después de meses de espera, de angustia, todo lo que pudimos ver de Poché fue una imagen borrosa en la pantalla de las cámaras de seguridad. Pero lo peor estaba por venir.