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La luz se coló por un estrecho espacio en las cortinas atigradas, iluminando el interior de la habitación. El celular vibró y reprodujo el sonido de alarma, fastidiando al rubio. Lo que menos quería era asistir al instituto de heroísmo.

—¿Qué hora es? —se cuestionó, tanteando con su mano la pequeña mesa de noche. Al encontrar su teléfono deslizó su índice por la pantalla y divisó la hora, marcando el inicio de la mañana.

Denki se incorporó en el colchón y sobó sus párpados. Al entreabrir sus ojos, se quedó observando el par de zapatos escolares que permanecían desperdigados por la alfombra. El cansancio inundaba cada parte de su cuerpo, y aún así se forzó para despertar del trance y ducharse rápidamente. No faltaba mucho para que las clases empezaran.

—¡Oh, mierda! —exclamó en un grito agudo. La inmersión en sus pensamientos lo había distraído de encender el calentador de agua. Las gotas frías impactaron sobre su piel colorada, causando que se estremezca en el cubículo.

[...]

La hora del receso, ah. Era amada por muchos jóvenes, los que deseaban escapar del martirio escolar y refugiarse en una amena charla con sus amigos. Para otros, como Kaminari, ese era el verdadero "infierno".

El rubio se sentía ajeno al ambiente jubiloso, lleno de risas y gritos. Su estado de ánimo no era precisamente entusiasta durante esos días, en los que permanecía alejado del resto y veía únicamente la mesa arrimada al rincón del comedor. En ella, distinguía las melenas coloridas de sus "amigos". Podía observar el alegre rostro de Mina, acompañada de Jirou, quien parecía contar algo interesante que cautivaba el oído de los demás. Denki suspiró y siguió moviendo con su cubierto las albondigas esparcidas en su plato, hasta que una presencia interrumpió sus pensamientos.

—¡Hey, tú! 

Kaminari alzó el mentón y observó confundido la silueta del pelirubio, señalándolo con su dedo índice. Si su memoria no fallaba, recordaba haberlo visto en el festival deportivo junto al grupo de la clase 1-B. Y también recordaba su peculiar carácter dramático.

—Hey... —expresó, en un hilo de voz. Una figura emergió tras Monoma, y lo reconoció fácilmente—. ¡Oye, eres tú, el de la clase general!

Había distinguido al pelimorado de hebras alborotadas por su tenso intercambio de palabras con su amargado amigo, Bakugo. O bueno, si seguía considerándose su amigo. Aquel pensamiento nubló la mente de Denki, sumergiéndolo en una ola de nostalgia y tristeza.

—Bueno, no vengo para perder mi preciado tiempo —expresó agriamente Monoma, jalando la silla para sentarse al frente del grupo. El rubio eléctrico se preguntó si era porque debía usarlo para promocionar su sección como la mejor de todas, o algo más apropiado—. Como sabrás, formé el grupo en el que estás añadido ya que Shinsou y yo te estuvimos observando.

—Espera, ¿qué grupo?

—¿Qué mierda?, sonaste como un secuestrador —espetó Shinsou, viendo desconcertado el rostro de su amigo. Este rodó los ojos y posicionó su mirada azulada en el chico eléctrico.

—Básicamente, hemos notado que tu constante estela de alegría perdió su color —dijo Neito, colocando su mano sobre el pecho. Después de recibir una ferviente mirada de pelimorado, decidió detener su actuación—. Ajam, pues. He creado este grupo con la finalidad de que nos cuentes lo que sucedió.

—¿Estás diciendo que formaste el grupo por tu exorbitante nivel de chisme?

—No soy chismoso —refutó.

—Parece que sí.

—Que no lo soy.

—Bueno —concluyó Hitoshi, dejando más confundido al ojidorado.

Friendshit Bracelets! | BNHA AU | Denki AngstDonde viven las historias. Descúbrelo ahora