𝐯𝐢. estrategia blaugrana

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La idea de Camavinga fue éxito popular, todos los invitados se replegaron por el jardín ya fuese para participar o ver los partidos

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La idea de Camavinga fue éxito popular, todos los invitados se replegaron por el jardín ya fuese para participar o ver los partidos. Julieta pudo por primera vez tener una cifra con bastante exactitud de los invitados y sorprendentemente, no superarían los cincuenta.

Jugadores del Real Madrid que estaban por ahí pero que Julieta no había visto, se juntaron para hacer equipos.

—Ni en una fiesta de cumpleaños tienen los pies lejos del balón—habló una chica a su lado con acento argentino.

Julieta volteó y rio por lo bajín dándole la razón a la desconocida.

—No me sorprendería que sus pesadillas fuesen que Ancelotti les deja en el banquillo—bromeó.

Para nada se esperaba las sonoras carcajadas de la castaña, ni mucho menos que la joven luego se le acercase con confianza y se sentase a su lado.

—¿Quién sos? Tu cara no me suena para nada, y dudo que seas una de las chicas de Vini—habló con el ceño un poco fruncido, pero sin perder la dulzura en la voz—. Me llamo Mina Bonino, y mi pareja es ese idiota que tiene el balón.

La rubia señaló con el dedo índice a Valverde, que estaba estirando el cuello junto a su pequeño equipo improvisado.

—Te puedo asegurar que se despierta por las noches asustado de Ancelotti—susurró para luego volver a reír.

A Julieta se le escapó una sonrisa aliviada al encontrar por fin a alguien con los pies sobre la tierra. Observó como aquella chica llevaba unos tejanos y un simple jersey negro, para nada en sintonía con los estereotipos extravagantes que Julieta se imaginaba al pensar en la "mujer de un futbolista".

—Me llamo Julieta, soy una amiga de Edu—se presentó, aunque vaciló un poco en la última parte—. Por suerte o por desgracia, conozco desde hace ya un tiempo a varios jugadores del Real—la argentina se carcajeó—. Pero es la primera vez que vengo a alguna de sus fiestas...

Normalmente era Vinicius quien la invitaba a sus recurrentes fiestas, y ella siempre le rechazaba excusándose con que tenía que trabajar. Pero esta vez Camavinga había ido un paso por delante y contactó con su jefe. Julieta no quería saber qué demonios tuvo que decirle para dejarle el finde libre.

—Hola, cariño—Valverde se acercó a Mina y besó sus labios con dulzura—. ¿Jugáis un partido las chicas? Daphne, Luz y Macarena se animaron.

La argentina volteó y observó a Julieta con una ceja alzada, preguntándole en silencio si ella también se apuntaba. Puede que fuesen los varios litros de alcohol ingeridos, o que quizá no volvería a tener la oportunidad de jugar contra unos futbolistas de primera división. Fuese lo que fuese, Julieta dejó su cubata en el suelo y se acercó a la argentina.

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⏰ Última actualización: 7 days ago ⏰

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THE ALCHEMY || Jude BellinghamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora