❝ Where's the trophy? He just comes, running over to me
¿Dónde está el trofeo? Él viene corriendo hacia mí ❞
A Julieta no podía darle más igual quien le pidiese una copa, siempre y cuando luego obtuviese una buena propina. Por otro lado, el aclamado...
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El equipo estaba reunido alrededor de Carlo Ancelloti, escuchando atentamente sus palabras y tácticas que utilizarían para ese partido. Jude asentía con la cabeza entendiendo únicamente algunas palabras y haciendo un gran esfuerzo por no parecer confundido.
Jugarían contra el Atlético del Madrid y no iba a ser sencillo. Sus compañeros mas veteranos ya le habían avisado que eran míticos rivales y que, si se lo proponían, harían sufrir al Real Madrid.
Al entrar al campo, minutos antes de empezar el partido, hizo su pequeño ritual de ejercicios y calentamiento que le ayudaban a mantener la concentración. Por suerte, la música de sus auriculares inhibía los gritos de las personas que empezaban a llegar al estadio.
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↪@luluugarcia, @danirodriguez y @aurelientch le han dado like a tu historia
Julieta movía el pie derecho inquieta. Le habían asignado una sección poco común, concretamente las gradas más cercanas al campo. Estaba literalmente a un salto de estar en el césped.
Transcurrieron únicamente treinta minutos, pero el Real Madrid ya había logrado marcar un gol.
Desde su posición, podía ver perfectamente el rostro de los jugadores y como su atención estaba concentrada en el campo. Juliet divisó a Jude sin ni siquiera buscarlo. El muy imbécil acaparaba la atención de cualquiera, haciendo esas jugadas y pases que causaban furor en las gradas.
Y justo cuando Julieta había acabado de darle las indicaciones sobre donde estaba el baño a una mujer, Jude subió al ataque con decisión. Si antes no pudo apartar la vista del jugador, menos ahora, teniendo en cuenta el gol que acababa de marcar.
Las gradas temblaron por la fuerza en que los aficionados saltaban y celebraban. Llegando al punto en que Julieta tuvo que taparse disimuladamente los oídos porque empezaba a dolerle.
—¡Jude viene a celebrarlo!
Los gritos aumentaron y Julieta miraba confundida como el británico se paraba a pocos metros y extendía ambos brazos. Rodó los ojos decepcionada al comprender que ese sería su celebración, esperando un baile pegadizo o algo más divertido.