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El bullicio y la emoción del concierto llenaban el aire. La multitud de jóvenes se movía al ritmo de la música, creando una atmósfera vibrante y electrizante. Me encontraba junto a Felix, rodeada por un mar de personas que compartían su entusiasmo por la música de Trueno. La música retumbaba a través de los altavoces, haciendo que el suelo vibrara bajo mis pies.

Felix, con una sonrisa radiante, me vio con los ojos brillando de emoción.

—¡Este es el momento! —exclamó, levantando su voz para que pudiera oírlo sobre el estruendo de la música—. ¡Nunca pensé que lo veríamos en vivo!

Asentí, sintiendo la energía de la multitud y la intensidad de la música. Aunque Trueno no era mi artista favorito, no podía negar que la atmósfera era contagiosa. La energía en el aire era palpable, y el entusiasmo de Felix era difícil de ignorar.

—¡Es increíble! —dije, sonriendo—. No puedo creer lo llena que está la arena.

Felix se rió, lanzando un rápido vistazo alrededor.

—Te lo dije. ¡Este concierto va a ser épico!

Las luces del escenario parpadearon y el rugido de la multitud aumentó cuando Trueno apareció en el escenario, envuelto en una ola de luces y confeti. Comenzó a tocar su primer tema, y la multitud estalló en vítores y aplausos. Me deje llevar por la música, mi cuerpo moviéndose al ritmo de las canciones mientras observaba a Felix, que parecía estar en su elemento. La atmósfera era una mezcla de luces brillantes, sonidos vibrantes y un sentimiento de unidad entre todos los presentes. 

De repente, mientras disfrutaba de la música, decidí girarme. Al girar la cabeza, me encontré cara a cara con el chico pelinegro que casi me atropelló en la tarde. Estaba de pie cerca, con su característica gorra y lentes oscuros, y ahora parecía estar tan irritado como antes.

—¿Otra vez tú? —dije, con la voz cargada de molestia—. ¿Qué haces aquí?

El chico pelinegro me miró con una mezcla de desdén y aburrimiento.

—¿Y tú qué? ¿Vas a seguir cruzándote en mi camino pedazo de gente? —respondió con un tono sarcástico—. Parece que no tienes mejor cosa que hacer.

Fruncí el ceño, mi frustración estaba creciendo. Intente ignorarlo y seguir disfrutando del concierto, pero el chico no parecía dispuesto a dejarme en paz.

—No puedo creer que estés aquí, molestando de nuevo —dije, tratando de mantenerme calmada—. ¿No tienes nada mejor que hacer?

El chico pelinegro se rió con desdén.

—Tú también podrías irte si no te gusta, pedazo de gente —dijo, levantando la voz para que ella pudiera oírlo sobre la música—. Parece que no encajas en este lugar. Vamos, no puede ser, ¿traes una remera de Maneskin a un concierto de Trueno? En serio, ¿estás psicótica?

La provocación del chico hizo que sintiera un nudo en el estómago. No solo había tenido un mal encuentro con él antes, sino que ahora, en medio del concierto, estaba siendo atacada de nuevo. 

—¿En serio? —dijo T/n, tratando de mantener la calma a pesar de la irritación creciente—. ¿No tienes nada mejor que hacer que molestar a la gente?

El chico pelinegro soltó una risa despectiva.

—Solo digo la verdad pedazo de gente —contestó, claramente disfrutando de la incomodidad que estaba causando—. No sé por qué te molestas, si no te gusta el ambiente, puedes irte.

Felix, al ver la creciente tensión, se acercó y se interpuso entre el chico y yo.

—Oye, ¿puedes dejar de ser un idiota? —dijo Felix, con una voz firme—. Ella está aquí para disfrutar del concierto, igual que tú. Si no tienes algo positivo que decir, mejor quédate callado.

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⏰ Last updated: Sep 17 ⏰

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