Capítulo 1

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Nota 1: Kaijuu Nro. 8 no me pertenece. Es un manga escrito e ilustrado por Naoya Matsumoto y anime adaptado por Production I. G. Este fanfic ha sido creado sin fines de lucro, teniendo como objetivo sólo entretener. Dejando eso claro, esta historia contendrá SPOILERS del manga.

Nota 2: En este fic la edad de Soshiro Hoshina es la misma de Ashiro Mina, es decir, 27 años. Kafka tiene 32 años.

Nota 3: Este fic contará a partir del segundo capítulo con escenas de sexo explícito.

Nota 4: Les deseo una linda lectura!

¿Hasta dónde llegaremos?

:.Capítulo 1.:

Abrió los ojos, recordando todo lo sucedido durante la noche al encontrarse con la espalda desnuda y llena de marcas del vicecapitán Hoshina. Kafka, tras recibir la bienvenida como soldado de la tercera división, disfrutó al máximo de la velada. Bebió, sí, pero no como para cometer una locura. En cuanto al vicecapitán, Kafka estaba seguro que este estaba más sobrio que él y, sin embargo, al encontrarse en el pasillo en mitad de la noche donde intercambiaron un par de palabras, terminaron besándose, yendo más lejos que eso cuando Soshiro lo arrastró a su cuarto. Allí, Kafka conoció un lado salvaje, bastante sádico, pero también masoquista de parte de su superior que inevitablemente lo excitó. Recordaba las mordidas, los besos húmedos, las caricias, sus cuerpos moviéndose y buscando fricción, al vicecapitán subiéndose sobre sus piernas y auto penetrándose después de prepararse. Kafka, dentro del calor, tuvo un momento de raciocinio. Vio el ceño fruncido de Soshiro y se preocupó de que estuviese sufriendo, sin embargo, a este le gustaba un cierto grado de dolor y rudeza. Kafka cumplió las exigencias de su superior. Lo embistió de forma rápida, tomándose en ocasiones la atribución de cadencias tortuosamente lentas. Kafka hincó sus dientes como un animal en el hombro de su superior cuando llegó al orgasmo. Kafka no supo cuántas veces repitieron ni tenía idea de cómo logró seguirle el ritmo al vicecapitan ni muchos menos cómo logró mantener su parte kaijuu a raya. Viendo a Soshiro, claramente se dejó llevar por sus más bajos instintos. Pensándolo, llevaba un largo tiempo sin tener relaciones. En su adolescencia y principio de la adultez creyó que estaba enamorado de Mina, sin embargo, con el tiempo se dio cuenta que la admiraba y apreciaba como amiga. En su periodo donde intentó ingresar a las fuerzas, salió un par de ocasiones con mujeres, pero nunca fue serio. También tuvo su primera experiencia con un hombre, siendo satisfactorio, pero no lo repitió. No se consideraba bisexual. Pero, no podía negar que el vicecapitán Hoshina le era atractivo. Su mirada, la tensión de sus músculos cuando adoptaba una postura de ataque, su voz burlona y al mismo tiempo tan sensual...

Kafka detuvo sus pensamientos. Si continuaba de aquella forma se excitaría y no sería bueno. Es más, debía comenzar a vestirse. Lo que sucedió no significaba nada. Por esa razón se levantó, aunque se enredó con sus propios pantalones, precipitándose contra el suelo. El vicecapitán se quejó mientras se giraba en la cama. Al verlo en el suelo, soltó una estridente risa.

-¡¿No es demasiado temprano para cometer una torpeza?!

Kafka ni siquiera podía ofenderse. Es más, le aliviaba ver que seguía todo igual entre ellos. Lo respetaba y no quería que aquel desliz generase un ambiente enrarecido. Aunque, lo que hicieron no podía obviarse. Soshiro soltó un quejido, ya que su cadera resentía el mínimo movimiento. Debajo de la tela que cubría su parte inferior, Kafka sabía que continuaba desnudo. Inevitablemente se lo quedó observando más de lo necesario y Soshiro lo notó. Una sonrisa burlona surcó sus labios, pero pronto una expresión seria la reemplazó.

-Deberías estar regresando a tu cuarto. Te quiero puntual en el entrenamiento.

Kafka, como reflejo adquirido, se puso de pie en postura de respeto.

-¡Sí, vicecapitán Hoshina!

Y Soshiro volvió a soltar una estruendosa risa.

Soshiro masajeó su sien. Se regañaba internamente por haberse acostado con un cadete que en ese momento debía estar recibiendo su nombramiento como soldado. Había sido un error que afortunadamente Hibino Kafka se lo tomó con naturalidad. Soshiro se cuestionaba qué lo llevó a ceder a una tensión sexual que surgió –según él- de la nada. Conocía al recluta hace poco más de dos meses. La primera vez que lo vio se rio de su inútil sentido de superación cuando tenía todo en contra. Pero fue esa terquedad lo que lo hizo, internamente, empatizar. Si lo aceptó como cadete no fue por sus capacidades, sí llamó su atención su conocimiento sobre kaijuus, pero también estaba el hecho de que su traje dejó de enviar datos cuando el Kaijuu Nro.8 hizo acto de presencia. Fue ese detalle el principal motivo de Soshiro de mantenerlo cerca y vigilado, pero eso significó que notase tanto cualidades como defectos y, por consiguiente, fuese cada vez más consciente de Hibino Kafka al punto que de forma inconsciente lo buscaba entre el resto de reclutas, sonriendo incluso cuando conseguía superar pequeños objetivos como subir al 1% en su traje. Soshiro estaba interesado en Hibino Kafka, aunque no era conocedor de sus propios sentimientos, unos que eran más impulsivos de lo que el vicecapitán estaba dispuesto a aceptar.

-¿Resaca? Curioso. No bebes. Entonces ¿no te encuentras bien, Hoshina?

La Capitana Ashiro llegó a la reunión matutina. Y tenía razón en su deducción. Soshiro no bebía para estar siempre en sus cinco sentidos para afrontar cualquier emergencia. Y era ese detalle el que lo tenía peor, porque todo lo que hizo con Hibino Kafka fue a consciencia.

-¿Hoshina?

-Migraña-Mintió, sonriendo con inocencia-¿Terminó la ceremonia?

-Sí. Hibino Kafka es oficialmente un soldado de la tercera división-Dijo en un tonó que le otorgó la importancia que creía merecía-Acertaste al reclutarlo. Fuiste el único que apreció su conocimiento sobre los kaijuus y, gracias a eso, las bajas en el último ataque no fueron elevadas.

Soshiro sólo emitió un sonido que confirmaba sus palabras. Seguía inmerso en sus pensamientos que terminaban en regaños internos. Ashiro continuó hablando y fue la mención del Kaijuu Nro.8 lo que hizo que Soshiro volviese a centrarse en su superiora. El comportamiento de este era un detalle que llamaba la atención de todos los que leyeron el informe de los soldados Ichikawa y Furuhashi. Además, en el encuentro con Soshiro, este acotó que el kaijuu no lo atacó en ningún momento, buscando defenderse hasta que encontró la forma de huir.

-El Kaijuu Nro.9 adoptó forma humana y el Kaijuu Nro.8 no ataca humanos, aparentemente.

Dos de las tres apariciones del Kaijuu Nro.8 lo confirmaban. En la primera, la única testigo era una niña e indicó que su madre y ella fueron salvadas por este. En su segunda, pese a que hubo datos sobre su presencia, aparentemente no hizo nada, sin embargo, Soshiro sospechaba que pudo haber sido el Kaijuu. Nro.8 quien derrotó al kaijuu principal de la prueba debido a que los patrones que vio en el lugar tenían similitudes con los vestigios que quedaron tras su primera aparición, aunque Shinomiya Kikoru había afirmado ser la que acabó con dicho kaijuu. Pese a ello, el vicecapitán se guardaba sus reservas. En cuanto a su tercera aparición, ya todo estaba dicho. Tenían testigos adultos, conscientes y lúcidos, siendo Soshiro uno.

-¿Qué piensas?

Ashiro tomó asiento en su escritorio.

-Que la próxima vez que el Nro. 8 y el Nro. 9 hagan acto de presencia, acabaré con ellos-Declaró con total seguridad.

Pero, lo haría...

¿...cierto?

Continuará. 

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