𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐

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Tiempo después

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Tiempo después.

En el suelo yacía un cuerpo y con él, un gran charco de sangre, el cual con cada segundo que pasaba se esparcía aún más.

— ¿Qué mierda? —

Una voz femenina se escuchó dentro de aquella habitación.

La chica miraba el cuerpo de un chico blanco, castaño, ojos marrones, lo que más destacaba de ese chico era la gran herida que estaba en su cuello. Una herida perfecta. La sangre recorría su cuello, las gotas caían al suelo.

Las manos de la chica temblaban. Antes que la chica pudiera acercarse, una voz masculina la detuvo.

— ¿Sucede algo? —preguntó.

La chica se dio la vuelta, mirando a un chico, él parecía tranquilo, mientras que la chica parecía asustada.

—Tú lo mataste... ¿Cierto? —preguntó la chica, su voz temblorosa.

— ¿No es obvio? —preguntó. — Te lo dije. —

Aquel chico pelo negro se acercó a ella, acorralándola contra la pared.

— ¿Ya lo entendiste o tengo que matar a alguien más? —preguntó.

— No tenías por qué matarlo. — Dijo la chica, sin mirarlo a los ojos.

— Vamos, Linda, no te enojes. — Dijo el pelinegro, con una sonrisa.

— Aléjate. — Dijo.

La chica colocó sus manos en el pecho del chico, haciendo el intento de alejarlo, lo cual no logró.

—Quiero que estés lista en menos de una hora. Saldremos con mi padre. — Dijo el chico, antes de alejarse y salir.

La chica solo suspiró para después salir, no sin antes mirar de nuevo el cuerpo del chico.


[ . . . ]

Los pasillos de aquel lugar que se hacía llamar "el Santuario", estaban totalmente oscuro, fríos y callados. La chica caminaba, cada paso, resonaba en aquel pasillo.

El leve aire que había en ese pasillo chocaba contra el cuerpo de la chica, un escalofrío leve recorrió su cuerpo al recordar al chico que había visto momentos atrás.

Al llegar a su habitación, la chica se acercó al espejo que se encontraba justo enfrente de su cama.

Ató su cabello, miró con atención su cara, notando un moretón en una de sus mejillas, aunque no era notable a plena vista, al darse cuenta, la chica desató su cabello, cubriendo su mejilla con el cabello.

Después de algunos minutos, la chica estaba lista, ella se acercó a la puerta, pero antes de que pudiera abrirla, alguien más lo hizo, para mala suerte de la chica, la puerta golpeó su nariz.

La chica rápidamente se cubrió la nariz con sus manos haciéndose hacia atrás, maldiciendo a lo bajo al sentir cómo la sangre comenzaba a salir de su nariz.

La chica miró hacia la puerta, logró ver a un chico, parecía un poco más grande que ella, era alto, cabello rizado, ojos cafés, un par de cicatrices en su rostro.

— Lo siento, yo... Yo me equivoqué de habitación. — Dijo el chico, apenado.

Ella jamás lo había visto.

— Sal de aquí. — Dijo la chica, molesta.

— Lo siento. — Dijo el chico, nervioso.

—Sal de aquí si no quieres que te maten. — Dijo la chica.

Ella sabía que si aquel pelinegro la veía con ese chico, ese chico acabaría muerto, empujó al chico hacia afuera de la habitación, cerrándole la puerta en la cara.

El chico se quedó sentado fuera de la habitación, avergonzado, mirando hacia el suelo.

La chica buscaba un pañuelo en su habitación, pues no quería ir a la enfermería, si el pelinegro se enteraba lo que había sucedido, el chico no terminaría el día

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La chica buscaba un pañuelo en su habitación, pues no quería ir a la enfermería, si el pelinegro se enteraba lo que había sucedido, el chico no terminaría el día.

Dos golpes sonaron detrás de la puerta, por suerte el sangrado ya había parado. La chica se acercó y abrió la puerta, lo primero que pude ver fue al pelinegro, ella solo forzó una sonrisa.

— Es hora de irnos. — Dijo el chico, en un tono frío, parecía molesto.

Los dos caminaban por los pasillos hasta que se encontraron con un hombre. Dwight, uno de los hombres más importantes para el líder, Negan.

— ¿Está todo listo? —preguntó el pelinegro.

Dwight asintió, mientras caminaba hacia la salida, seguido por la chica y el pelinegro.

El pelinegro miró a la chica con una sonrisa.

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𝐅𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝𝐬 𝐟𝐫𝐨𝐦 𝐭𝐡𝐞 𝐩𝐚𝐬𝐭.  (Carl Grimes.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora