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Desperté esa mañana con un intenso dolor de cabeza, era raro, me sentía con fuerzas pero al mismo tiempo débil, me cambié como pude y fui al trabajo, hoy tendría que estar todo el día con cinco, viendo lo de la misión, llegue el trabajo y subí rápido a la oficina, toque la puerta y abrió cinco

—llegas tarde—dijo enojado

—lo siento, desperté con un horrible dolor de cabeza— dije sentándome a un lado del proyector

—yo igual, ¿quieres café?— preguntó

—si, está bien— me sirvió, el café bajó un poco el dolor

Veíamos el proyector, salió un expediente

—es Sy grossman, revise su expediente, está limpio, es un contribuyente legítimo

—no me lo esperaba— cinco se puso de pie y desapareció, me quedé perpleja, ¿se había teletransportado?, a los pocos segundos volvió a aparecer

—¿estás bien?— quise tocarlo pero mi mano atravesó su cuerpo, la saqué de inmediato—¿qué está pasando?

—¿se sienten bien agentes?— preguntó derek

—no, creo que no— dijo cinco mareado

—nos tomaremos el día— dije y salimos de la oficina

...

—¿que alguien me explique en este momento qué sucede aquí?—llegó viktor esterico a la academia

—eso es lo que intentamos averiguar— dijo cinco

—ay, dios, no me miren— Luther tapaba su cuerpo

—nadie te culpa a ti Luther— dijo Diego

—no, literal no me miren, ¡soy un asco!— luther estaba enojado

—al menos volviste a hacer lo que eras, yo siento que me inyectaron aceite de motor en la venas— dije

—que raro, por que yo me siento fantástico— dijo Klaus

—si, se piensan que lo suyo es grave, chequen esto— lila sacó rayos x a través de sus ojos

—lila apágalo— grite

—no lo controlo— duró unos segundos más y lo apagó— listo

—¿cómo haces eso?— pregunté

—te puedo jurar que no tengo ni idea

—ah, no puede ser, tardé meses en encontrar los apliques originales— Luther se quejó por el desastre que había echo en su casa

—tus apliques tontos me importan un carajo, quiero respuestas ahora— viktor se puro rojo y un especie de fuego rodeo su cuerpo

—relájate mecha corta— bajo ben de las escaleras, enserio se veía mal, colgaban dos tentáculos de su espalda— fui yo, ustedes son demasiado emos para hacer lo que había que hacer, así que decidí por todos y le eche marigold al sake

—¿por qué no me sorprende?— dijo cinco

—no tenias derecho a hacer eso tarado— viktor estaba molesto

—ah, claro ya vas a agradecérmelo

—si, o te rompo la cara— empezó una discusión de ellos dos

—ah, si me encantaría ver eso— ben se fue a sentar al sillón

—¿por qué tienes colas?— pregunté

—no sé, no quieren volver a meterse

Luther tocó una y esta le pegó— ay, qué raro por qué está fría

Siento Que Te Quiero -- Cinco Hagrevees Donde viven las historias. Descúbrelo ahora