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Los días posteriores a su encuentro con Chaeyoung se desdibujaron para Mina, como si estuviera viviendo en un sueño del que no podía despertar. La villa junto al mar, que antes había sido un refugio de paz y felicidad, ahora le parecía una prisión de incertidumbre. Bambam, que seguía siendo el esposo atento y amoroso que había conocido, no podía percibir la tormenta que rugía dentro de ella, y cada vez que la miraba con esos ojos llenos de adoración, Mina sentía una punzada de culpa tan intensa que apenas podía soportarla.

Las palabras de Chaeyoung resonaban en su mente a cada momento. - Estamos destinadas a encontrarnos... Tú y yo estamos conectadas. - Había algo en la serenidad de la voz de Chaeyoung, algo en la forma en que había sostenido su mano, que le decía a Mina que no estaba equivocada, que todo lo que había ocurrido era real, y no solo un producto de su imaginación desbordada. Pero ¿Cómo reconciliar esta nueva realidad con la vida que había elegido?

Cada noche, después de que Bambam se dormía, Mina se encontraba nuevamente caminando por la playa, esperando verla otra vez. Su corazón latía desbocado cada vez que creía percibir una figura en la distancia, pero siempre resultaba ser solo el juego de luces y sombras, o un simple reflejo de la luna sobre el agua. La soledad se instalaba en su pecho como un peso, y Mina no sabía cuánto más podría soportarlo.

Finalmente, una noche en la que la luna estaba oculta tras densas nubes y el mar rugía con una furia desconocida, Chaeyoung apareció nuevamente. Mina la vio de pie en la misma roca donde la había visto la primera vez, su figura oscura contra el horizonte brumoso. El viento arremolinaba su cabello alrededor de su rostro, y aunque estaba lejos, Mina pudo sentir la intensidad de su mirada.

Sin dudarlo, Mina corrió hacia ella, sus pies hundiéndose en la arena húmeda mientras el viento azotaba su rostro. Su respiración se aceleró no solo por el esfuerzo físico, sino también por la emoción y la ansiedad que la consumían. Cuando finalmente estuvo a unos metros de distancia, se detuvo, tratando de recuperar el aliento mientras Chaeyoung la observaba en silencio.

- ¿Por qué estás aquí? - Preguntó Mina, su voz entrecortada por la carrera y la marea de emociones que luchaba por controlar. - ¿Por qué no puedo dejar de pensar en ti?

Chaeyoung no respondió de inmediato. En lugar de eso, se acercó lentamente, hasta que estuvo lo suficientemente cerca como para que Mina pudiera ver cada detalle de su rostro, cada sombra de emoción que cruzaba por sus ojos oscuros. - Porque nuestras almas están entrelazadas - Dijo finalmente, su tono suave pero cargado de una certeza inquebrantable. - El destino nos ha unido, y no hay nada que puedas hacer para cambiar eso.

- Pero... ¿por qué ahora? ¿Por qué después de que ya he tomado decisiones, después de que me he casado? -  Mina sentía que su mundo se derrumbaba a su alrededor, y no podía evitar que la desesperación se filtrara en su voz.

- Porque algunas conexiones están más allá del tiempo, más allá de las decisiones terrenales - Respondió Chaeyoung, su mirada penetrante pero compasiva. - Lo que hay entre tú y Bambam es real, es amor. Pero lo que hay entre tú y yo... es algo diferente, algo que va más allá de lo que conoces.

Mina sintió que una lágrima rodaba por su mejilla, y se sorprendió al darse cuenta de que estaba llorando. - No quiero herirlo - Dijo, su voz temblando con la verdad desnuda de su dolor. - Él no merece esto.

Chaeyoung extendió una mano, tocando suavemente la mejilla de Mina y secando la lágrima con su pulgar. - No es tu intención herirlo, Mina - Dijo con ternura. - Pero a veces, el destino nos lleva por caminos que no podemos evitar, por más que lo intentemos.

Las palabras de Chaeyoung resonaban con una verdad que Mina no podía negar, pero aún así, el conflicto en su corazón era profundo y desgarrador. - No sé qué hacer - Admitió, su voz apenas un susurro. - Me siento atrapada entre dos mundos.

Hasta que la muerte nos separe || MichaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora