•05•

57 7 0
                                    

La noticia del intento de suicidio de Ollie había dejado en shock a ciertos integrantes del pueblo verde, quienes al igual que Tanizen, habían recibido dicha noticia como un balde de agua fría, no sabían cómo reaccionar ante tal confesión de su amigo pirata, quien en busca de algún tipo de consuelo y por la gran amistad y cariño que les tenía, decidió compartirlo en la pequeña reunión de la tarde, ubicada en la azotea de la casa de Auron.

-Pero ahora se encuentra mejor, ¿no Marius? -Tanizen fue el primero en hablar, como un intento desesperado de cortar un poco la tensión que se había formado tras la noticia.

-Bueno... Podría decirse que sí, pero... -Comenzó a responderle Marius, pero callo al sentir un nudo en la garganta, quería llorar de solo recordarlo, aún se encontraba muy sensible al respecto.

-Tranquilo Marius, estamos contigo, puedes contar con nosotros para lo que sea -dijo Juan mientras le daba pequeñas palmadas en la espalda a modo de consuelo.

-Gracias chicos, en verdad... Necesitaba desahogarme... Tengo que ser fuerte delante de Ollie, pero... La verdad... -Le costaba hablar sin pausas a causa de una amenaza de llanto, y para calmarse, suspiraba de vez en cuando y guardaba silencio por un momento.

-Sientes que no eres fuerte, ¿verdad? -Supuso Auron mientras comenzaba a servir café caliente en las tazas que estaban en la mesa, dándoles una a cada integrante de ahí.

-Es comprensible querer llorar Marius... -Animó Juan ante el silencio del pirata.

-Lo sé... Pero... Siento que si hubiera estado más al pendiente, nada de esto habría pasado... Me siento tan culpable -sin poder evitarlo ni aguantarlo más, las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, alertando a sus amigos.

-No debes sentirte culpable Marius, tu no sabías lo que estaba pasando por su mente -intento consolarlo Juan, aunque él también se encontraba bastante nervioso.

-Pero... Debí suponerlo, o incluso debí preguntarle qué era lo que le pasaba. Joder, había tantas señales de que las cosas no estaban bien, pero... No hice nada... Me siento como una mierda... -Las lágrimas de tristeza habían cambiado por unas de enojo consigo mismo, y animándose a mirar a los chicos, prosiguió. -Cambio tan de repente, se mostraba aún más cansado, y cuando le preguntaba él solo me respondía que no había podido dormir bien mientras me sonreía para no preocuparme... Y yo no insistí en preguntarle... Y su apetito también cambio, no me permitía siquiera abrazarlo, y cuando quería acercarme a él, retrocedía asustado, como si le fuera a hacer algo malo... Es solo que... Pensé que si le dejaba, si no lo presionaba, él tendría la confianza suficiente para contarme todo... Soy un gilipollas por pensar eso, ¿verdad?

-Claro que no, quisiste darle su espacio, hacerle sentir que podía abrirse contigo sin necesidad de presionarlo, eso no te hace un gilipollas. Pero no te quedes con la idea de que Ollie no confía en ti o que no te quiere lo suficiente. Todos aquí hemos sido testigos de lo mucho que ese alienígena te quiere, de verdad. -Contesto Auron, con una voz tan seria que por un momento los otros tres chicos sintieron que estaban hablando con otra persona mucho más madura.

-Es cierto Marius... Tal vez era algo muy difícil para él, y no sabía cómo contártelo -secundo Juan intentando animar a su amigo.

El episodio de terror que había experimentado Marius no era nada fácil de abordar, y no había consejo que pudiera ayudarlo al cien por ciento, pues... ¿Cómo puedes acercarte a una persona que teme incluso cuando alguien lo mira directo a los ojos y le cuesta hablar? Tanizen podría comprender el que Marius se encontrara atado de manos ante la situación con Ollie, pues se encontraba ante la misma encrucijada que el pirata... La única opción que había encontrado para intentar estar más al pendiente de Noni fue llevarlo a vivir con él, creyendo que al vivir y trabajar juntos podría ser de ayuda ante una posible señal de alerta, pero vaya que no era nada fácil, pues incluso sentía que su amigo estaba más a la defensiva con él y más nervioso.

Permiteme SanarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora