capítulo 1

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Force suspiró, observando a Book jugar con un perro que se les cruzó mientras caminaban por la calle, rumbo a casa del más bajo.

— Kasidet, creí que querías llegar pronto a tu casa . — murmuró Force. — llevas casi diez minutos agachado, jugando con ese perro.

Book lo abrazó, pegando su cara a la del canino. — ¿no lo consideras lindo?

sí, Force lo consideraba lindo. y no, no estaba hablando del perro.

— lo considero un albergue de pulgas. — lo miró de reojo. — te tendré que llevar a desparasitar, Kasidet.

— no tiene pulgas. lo veo todos los días cuando camino por acá, ya lo revisé. — Book le sonrió al perro. — es un perrito más limpio que tú.

— me baño todos los días, Kasidet. — señaló al perro. — ese albergue de pulgas no.

su amigo tomó al pequeño beagle en brazos, quien sacudía alegremente su cola. — pulgas tienes en las orejas, vamos al veterinario. — pidió. — hay uno cerca de mi casa.

— ¿para qué? — Force lo miró de reojo, sin ocultar su disgusto por el animal.

— te noto algo enfermo. — Book rió suavemente. — quiero asegurarme de que esté bien. — miró al perro. — para adoptarlo.

Force suspiró. — bien.

— cambia tu cara de pececito de Barbie, por favor. — le pidió mientras caminaban, ahora rumbo a una veterinaria. — el perrito percibirá tus malas energías.

— no puedes adoptar cada animal que te encuentras en la calle. — lo comenzó a regañar, como hacía cada vez que rescataba algo.

— no recuerdo que te quejaras tanto cuando te adopté como mi amigo. — la sonrisa de Book hizo que no se molestara.

la sonrisa de su mejor amigo era su debilidad.

— ¿me estás comparando con un animal, Kasidet? — fingió estar ofendido.

— eres uno, un pececito. — contestó, acariciando la cabeza del perro.

Force lo miró mal, como lo hacía con toda la humanidad. — no soy uno.

— sí eres, ya me estás mirando como ese pececito. — lo acusó. — por eso no adopto uno, porque te tengo a ti.

— Kasidet, camina en silencio. — pidió, alzando una ceja cuando el perro le ladró. — tú también cállate, albergue de pulgas.

— Force, no le hables así a mi hijo. — Book defendió al animal.

— no lo has adoptado, sigue siendo un espécimen de la calle. — objetó.

— no lo he adoptado aún. — lo corrigió. — y no le hables así, o me voy a molestar contigo.

— bien. — esa era la respuesta que le daba siempre, para luego quedarse en silencio.

porque Book no temía enojarse con él.

al llegar a la veterinaria, Force abrió la puerta para que el más bajo pudiese entrar con el animal que sostenía entre sus brazos.

el veterinario, que conocía a Book desde que era un niño por llevar toda la vida rescatando animales, recibió al perro inmediatamente para poder evaluarlo.

— ¿qué opinas? — Book le enseñó un collar color rojo.

— te quedaría bien. — Force se cruzó de brazos. — ¿qué harás si intenta atacar a uno de tus gatos?

Pececito | ForceBookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora