capítulo 5

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Force supuso que algo sucedía, cuando Book no contestó a su pregunta sobre el menú que elaborarían para el día siguiente.

— ¿Kasidet? — lo llamó, sabiendo que lo estaba mirando como pececito. en su defensa, le estaba hablando de un tema importante.

— sh. — Book cubrió su boca con su mano, sin siquiera mirarlo.

se quedó en silencio, retirando la mano del otro para mirar alrededor: nada fuera de lo normal.

— escucho algo. — le susurró el más bajo.

— ¿un brote esquizofrénico por estrés? — se burló, recibiendo una mirada de regaño por parte de su amigo. — ¿serías tan amable de describirme lo que crees oír?

— maullidos.

Force rodó los ojos. tener tantos gatos estaba afectando la salud mental de su amigo, porque él no podía oír nada. el ruido del agua fluyendo por el canal cerca del camino que recorrían le impedían escuchar lo que sea que Book buscaba.

oh.

— si lo que escuchas son maullidos, deberíamos revisar la orilla del canal. — sugirió, observando cómo la expresión del otro cambiaba a una afligida.

Book le entregó su mochila, para bajar casi corriendo la pequeña pendiente. si Force no fuese lo suficientemente rápido, y no lo hubiera sujetado del brazo, el más bajo habría caído de bruces al agua.

— la caja. — señaló Book, bastante lejos de la orilla. — se va a hundir, Force. debo ir por ellos.

— eres pésimo nadando. — le entregó ambas mochilas, quitándose sus zapatillas verdes. — iré por ellos, tú llama al veterinario, probablemente necesiten atención.

Force era mejor que Book manteniendo la calma ante situaciones en que se requería pensar rápido.

entró al agua fría, la cual cubrió hasta su pecho en cuestión de pocos pasos. para su suerte, algo hizo que la corriente cambiara de dirección, acercando la caja a él, antes de que el agua le llegara al cuello.

observó el interior de la caja, encontrándose con cinco gatitos muy pequeños. Force suponía que tendrían pocas semanas de nacidos.

— ¿cómo las personas pueden ser así de crueles? — Book recibió la caja, con sus ojos llenos de lágrimas. — si no quieren gatitos, deberían esterilizar a sus mascotas, o dar a las crías en adopción.

Force intentaba no temblar por el frío que sentía, colocándose sus zapatillas. — vayamos al veterinario, nos aseguraremos de que estén bien.

Book mordía sus uñas con nerviosismo mientras el hombre revisaba a los pequeños gatos, en lo que él se secaba con la toalla que le entregó la chica que estaba a cargo de la caja ese día.

— están todos sanos. — dijo el veterinario, causando que Book dejara salir todo el aire que había estado reteniendo. — gracias por haberlos salvado, Force. — lo miró, dándole una sonrisa.

antes de que pudiera decirle algo al hombre, lo rodearon los delgados brazos de Book. — gracias por haber ido por ellos. tal vez no cambie tu mundo, pero cambiaste su mundo.

— no iba a dejar que unos bichos indefensos se ahogaran, Kasidet. — murmuró, alejándolo de él. — no quiero que te mojes-.

— ¿qué me importa empapar mi camiseta? — lo interrumpió, abrazándolo con fuerza. — estoy dándote las gracias por el gesto heroico que tuviste con ellos.

— bien. — Force le devolvió el abrazo, dejando un corto beso en su frente. — los bichos esos y yo estamos sanos y salvos. quita esa cara de preocupado.

Pececito | ForceBookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora