—Cuéntame algo.
—¿Qué?
—¿Cómo era?
—¿Eh?
—Antes —añado.
—¿Antes?
—Si.
—No se de que me estás hablando, Bea.
—Me refiero a..: ¿Cómo era antes? No podría imaginar que hace un año o dos me encantaban las matemáticas y ahora las odiara.
Mamá ríe un poco. Su risa me transmite mil sentimientos, ver toda su alegría, poder apreciar cada rasgo fácil.
—Siempre fuiste igual que ahora, odiabas matemáticas, amabas a los animales, odiabas comer brócoli y siempre fuiste muy risueña.
Cuánto adiaba no poder recordar. Cuánto odiaba pensar que en algún momento olvidaría todo. No podía ni imaginar que mi propia vida la olvidaría pero personas ajenas a mi, aún recordaría mi vida, mis momentos...
—El que tengas Alzheimer no cambia tu idea y gustos que te hacen ser tú. Es como caminar hacia un lugar sin saber el rumbo y por más caminos y tropiezos u obstáculos tú siempre vas a querer llegar a tu destino.
Eso abre una diminuta pisca de curiosidad que se extiende y me hace preguntar de repente:
—¿Por qué nacemos si vamos a morir?
Mamá me mira con la boca entreabierta, sorprendida, sin saber que decir, deja lentamente su libro a un lado, sobre la mesita, y se quita los lentes, me mira con asombro y perpleja, mi pregunta a atrapado su curiosidad.
—¿Por qué... Mhm? entiendo que esto de vivir es nuevo para ti, no te culpo Bea... Pero ese tipo de preguntas es muy sensibles y hay muchas historias y posibilidades.
—¿Cómo cuáles?
Mamá sonríe dejando su actitud preocupada y ahora se ve más relajada.
—Sin duda siempre has sido igual de curiosa y directa... Mira, hay infinidad de historia, cuentos... etc sobre la vida y que pasa después, hasta una razón e idea propia, no podría decirte con exactitud.
—¿Cuál es tu idea? —pregunto y me hacerco con los ojos bien abiertos para escuchar atentamente.
—Yo pienso que: la vida es como una película, donde tienes un propósito, donde hay un inicio, puedes apreciar hasta lo más mínimo de la vida, crear experiencias y justo cuando vas a morir al menos decir que has vivido una vida increíble, con defectos, errores y cosas malas que solo te impulsaron a ser mejor.
—¿Y qué pasa cuando mueres?
—No lo sé.
—¿Cómo...?
—Si, no conozco toda la vida ni sus misterios y estoy bien con no saberlo.
—¿Por qué?
—Porque la vida no implica resolverla, si no, moldearla. Somos diferentes, todos tenemos nuestras luchas y nuestra forma de pensar.
—¿Y cómo puedo vivir no sabiendo algo importante? Cómo la muerte —. Hago un puchero y pongo mi barbilla en la mesa desanimada—. ¿No les importa a las personas si van a morir?
—Oh, claro que les importa, les aterra a muchos, el simple hecho de irse y ser olvidados, pero es algo irremediable, no se puede hacer algo, es como un límite de tiempo para las personas, para que puedan disfrutar su tiempo y no perderlo.
Suspiro con toda esta información.
—No te forces mucho Bea, está bien no saber algo. Tenes que aprender a vivir sin saber nada.
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Un último adiós
RomanceUn año. ¿Alguien se puede enamorar en un año? Beatriz Crossover quien vive una nueva vida, quien no entienda nada. Ni el dolor que una persona puede llegar a experimentar ni el amor que puede llegar a sanar heridas. Mientras pasa el tiempo puede...