❝pregnant❞ yeongyu. ✓

Parte 8

Eran las tres de la mañana cuando el rubio se despertó. Sentía la boca seca así que decidió bajar a la cocina por un poco de agua; le había dicho a Yeonjun que le avisaría cualquier cosa pero no quería molestar a la pareja por algo tan insignificante.

Al tomar el vaso con agua caminó a paso lento hacía las escaleras tratando de hacer el menor ruido posible para no despertar a los Choi. Cuando pasó cerca de la habitación de la pareja unos sonidos lo hicieron detenerse. Giró a ver la puerta la cual se encontraba cerrada y se acercó un poco tratando de escuchar lo que parecían unos... ¿Lloriqueos? ¿Yunjin estaba llorando?

Se acercó un poco más pero se quedó estático cuando escuchó lo que pareció ser... ¿Gemidos?

Yunjin no estaba llorando, ella estaba...

—Oh, Yeonjun... —escuchó al otro lado de la puerta.

Rápidamente se alejó de ahí moviendo su cabeza de un lado a otro tratando de olvidar lo que acababa de escuchar, se acostó en su cama y se acurrucó abrazando sus almohadas. Sentía una opresión en su corazón, una sensación ligera y amarga que subía desde su vientre bajo hasta su pecho. Llevó su manos a su vientre y comenzó a acariciarlo mientras trataba de olvidar que en la otra habitación se encontraba Yeonjun haciéndole el amor a su esposa. Se tapó la boca para que sus sollozos descontrolados no fueran escuchados e intentó dormir de nuevo sin éxito alguno debido a su llanto.

Cuando la mañana llegó, Beomgyu se sentía más cansado que nunca y con un horrible dolor de cabeza. Después de lo que había pasado anoche había llorado hasta que finalmente se había quedado dormido. Aún así sentía que no había descansado lo suficiente.

Suspiró y se levantó, corrió al baño cuando sintió las nauseas atacarlo de repente. Al terminar se observó en el espejo, se miraba realmente mal. Tenía ojeras bajos sus ojos, los cuales estaban hinchados y rojos. Rió amargamente al recordar el motivo de su estado.

Es que ahora se le hacía absurdo, es decir, ¿Por qué había llorado? Era más que obvio que Yunjin y Yeonjun debían de intimar, ellos eran esposos. Ahora se sentía patético y al no tener respuesta para lo que pasó anoche lo asoció a su embarazo, de seguro las hormonas le estaban pasando una mala jugada.

Se lavó la cara y los dientes y decidió olvidar todo, hoy sería un nuevo día. Había quedado en salir con Taehyun y debía verse bien pues no quería al castaño encima de él todo el día haciéndole preguntas respecto a su aspecto.

Bajó hacía la cocina donde los Choi se encontraban preparando el desayuno. Yunjin vestía de manera formal, en cambio Yeonjun usaba pants y playera blanca. Aquello extrañó a Beomgyu pues se suponía que el pelinegro debía ir a su empresa.

—Oh, buenos días Beomgyu. —canturreó alegre Yunjin. —¿Dormiste bien? —preguntó.

El rubio se quedó estático en su lugar, sintiéndose incómodo por lo sucedido en la madrugada y sin saber muy bien qué decir.

—¿Beomgyu? —la voz gruesa de Yeonjun y su fija mirada sobre él lo hizo estremecerse y pegar un pequeño brinco en su lugar.

—B-buenos días. —murmuró apenado desviando su vista de la del pelinegro. —S-sí, dormí bien. Gracias.

—Me alegra cariño. El desayuno está listo, puedes servirte. —le dijo Yunjin sonriendo.

—Oh yo... Quedé en ir a desayunar con Taehyun y... ya voy un poco tarde.

—¿Quieres que te lleve? —preguntó Yeonjun con una taza de café entre sus manos. Beomgyu empuñó sus manitos tratando de evitar la mirada del pelinegro a toda costa.

—No será necesario, caminaré. —dijo dándose media vuelta para salir de la cocina, sin embargo su caminar fue detenido por una suave mano que lo agarraba del brazo.