HISTORIA CORTA... ◇♤♡
El ladrón mas ágil de Italia nunca imagino que robar el tesoro de un poderoso mafioso sería tan... ¿fácil?
Magnus conocido por ser uno de los ladrones más buscados de Italia se sorprende al descubrir que el tesoro del que tant...
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La cabeza le daba vueltas, y se sentía mareado. La bruma que lo envolvía le hacía sentir como si estuviera flotando sobre una esponjosa nube, una hermosa nube con un aroma pecaminoso. El olor a piña y kiwi lo tenía embriagado, sumido en un éxtasis que provocaba un calor abrasador en todo su cuerpo. Magnus abrió los ojos y miró a su alrededor, aún con la vista borrosa. Quiso frotarse los ojos para enfocar mejor, pero se dio cuenta de que no podía; sus manos estaban atadas a su espalda. La alarma lo sacudió, despertándolo de la ensoñación inducida por las feromonas.
Al observar su entorno, se dio cuenta de que estaba completamente solo en una lujosa habitación, iluminada por luces tenues. Se encontraba atado a una silla frente a una enorme pared cubierta de fotos. Su mirada verdosa se detuvo en ese lugar, dejándolo perplejo. No era para menos; la pared estaba llena de fotos suyas, capturando cada detalle de su vida diaria, incluso dentro de su propia casa. Cada cosa que había hecho estaba plasmada allí en fotografías, y algunas tenían una “X” marcada sobre el rostro de unas personas.
Ver que alguien había seguido cada uno de sus pasos durante un tiempo desconocido alarmó a Magnus. Quería saber quién era esa persona y por qué lo seguía. Se removió en la silla, tratando de zafarse de las cuerdas. No sentía rastro de su lobo dentro de él, y sabía que era porque el aroma a piña y kiwi lo mantenía en las nubes. Desde donde estaba, tenía una vista directa a la puerta, listo para ver a quienquiera que entrara en la habitación. La habitación era demasiado lujosa para un secuestro, lo cual le parecía aún más extraño. Solo recordaba estar en el coche con su Omega entre sus brazos.
—¡Mierda! —exclamó Magnus, angustiado—. ¿Dónde está mi precioso Omega?
La preocupación y el pánico lo atacó al imaginar que los dueños de la mansión los habían encontrado y que ahora estuvieran haciendo atrocidades con su Omega.
«¿Dónde está mi Omega? ¿Dónde está?» El lobo dentro de él, al darse cuenta de que su Omega ya no estaba en sus brazos, exigió su presencia de nuevo.
El lobo de Magnus estaba a punto de liberarse, transformándose en un majestuoso lobo gris para ir en busca de su Omega. Lo habría hecho si no fuera porque el sonido de la puerta al abrirse captó su atención. Estaba listo para amenazar a quienquiera que lo hubiera retenido allí, pero su aliento quedó atrapado en su garganta cuando sus ojos se posaron en la figura que entraba. Su mandíbula casi cayó al suelo, y su lobo quedó igualmente hipnotizado por la visión ante él. Un precioso ángel apareció, dejándolo completamente cautivado. No podía apartar la vista, temeroso de que al parpadear, esa hermosa criatura desapareciera.
