ɪ - La maldad del poder

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La firmeza, la valentía y la determinación son los elementos que le dan poder a alguien, aunque detrás de la cortina de terciopelo que nos destaca aquellas virtudes se oculta la oscura verdad; la fuente del poder es la habilidad de someter a las masas, controlar el pensamiento y las creencias de otros, para así lograr que lo sigan ciegamente incluso si dice incoherencias o descaradas mentiras.

En la prestigiosa secundaria Belmond fold, se pueden encontrar jóvenes brillantes, talentosos y con un potencial ilimitado, siendo reconocidos por sus grandes capacidades académicas en todas las áreas de especialización, como son la matemáticas, literatura, deportes, biología, gastronomía, etc.

Lo que solo ellos saben, es que la malicia y la avaricia convive en cada uno de ellos, sobre todo, en los estudiantes que aspiran a las maestrías académicas. Son esos los alumnos que van más allá que los jóvenes de entre los diecisiete o dieciocho años. Aquellos que estudian carreras como arquitectura, astronomía, física cuántica, ciencias políticas, economía o abogacía.

Bajo sus máscaras pulcras y el elegante uniforme negro con esos detalles dorados, se encuentran personas viles, sin un ápice de solidaridad o, en el peor de los casos, sin sentimientos. Una de estás es el Presidente del consejo estudiantil, Abdel Rashat.

-¿Qué es ésto, Alain?, te pedí un informe detallado de los problemas y gastos de la escuela, y ¿dónde carajo está la estadística de imagen positiva de mis rivales? -Soltó los papeles en la mesa y estos cayeron hasta el suelo-. No quiero que nadie tenga posibilidad alguna de hacerme frente.

-No tiene competencia, Presidente Abdel, los otros dos candidatos ya fueron suprimidos. Y además... los sobornó. -Rememoró el secretario.

-Es verdad. -Se regodeó el Presidente-. Se creían líderes revolucionarios, pero no son más que inútiles peones; todos se pueden comprar. Idiotas -bufó antes de sentarse en el escritorio.

En ese momento, una chica de llamativo cabello pelirrojo y enrrulado, que llega hasta el cuello y grandes ojos café claro, entró al salón del consejo con su libreta bajo el brazo.

-Hola, Presidente, Secretario. Ya están colgados todos sus pósteres de propaganda, los panfletos están siendo distribuidos y ya está colgado el pasacalles también -dijo con positivismo.

-Perfecto. Es clave que mi imagen domine. Alguien que siempre está en la mente de los demás los privaba de ver y creer nuevas ideas, todo va de acuerdo a lo previsto. -Sonrió mientras pasaba su mano por su cabello negro obsidiana.

-Exactamente, muy buena idea, Presidente.

Abdel se levantó, acomodando su uniforme y se dirigió hacia la salida.

-Ahora, si me disculpan, tengo otros asuntos pendientes con el Tesorero Josep, cuide la sala en mi ausencia, Eliza.

-Como diga, Presidente Rashat. -Mordió levemente su labio inferior mientras sonreía, mirándolo hasta que desapareció en el pasillo.

Todo aquel que esté en una posición de alto valor, como un cargo o puesto que lo ubique encima de los demás, se volverá vulnerable ante los ataques de su competencia. A la hora de ejercer el poder inteligentemente, uno debe controlar su soberbia y ego, antes de que estos lleguen a gobernarlo. La prueba de esto se refleja en las crueles verdades que no quieren ser escuchadas.

10:30am - Salón A-3

-¿Qué sucede?, ¿es más de lo que puedes soportar? -preguntó aquella exaltada chica, mientras hacía fuerza.

-Diablos... Eres demasiado... -El robusto chico apenas puede hablar del agotamiento.

-Eres patético... hasta el nerd más débil aguanta más que tú... -comentó burlona, entre cansados jadeos.

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