(I) Primera noche

6 2 0
                                    

Sunoo tenía trece años la primera vez que escuchó la melodía, era la noche anterior a su cumpleaños y las notas sonaron, no recuerda exactamente cuales eran, pero no tenían ni un poco de sentido, no era como tal una melodía y eso solo lo hizo reír, lo que lo alarmó fue el recuerdo de no poseer ningún piano en casa. 

― Mamá, anoche escuché a alguien tocar el piano. 

― No tenemos piano, es imposible, debiste haberlo soñado. 

― Lo sé ¿Verdad? Fue un sueño raro. 

― ¿Cómo raro? 

― Normalmente tengo sueños concretos, algo pasa, no estoy simplemente en mi habitación escuchando como alguien toca el piano. 

― Bueno, no parece un mal sueño. 

― No, no realmente, fue un poco gracioso, quien tocaba solo estaba presionando teclas al azar, fue gracioso. 

― Un poco más relajante de lo que normalmente sueñas ¿No crees? 

― Sí, mucho más relajante. 

― Bien, hoy me quedaré hasta tarde en el trabajo, vete a dormir temprano por favor. 

― Claro, me dormiré temprano. 

Sunoo fue al colegio como todos los días, paso la mayor parte del tiempo en la biblioteca, pronto tendría exámenes y necesitaba aprobar esos exámenes, no quería una mancha en su expediente. 

― ¿Qué haces aquí? 

― Hola hyung. 

― ¿Por qué estás aquí? 

― ¿Por qué no? Es una biblioteca, puedo estar aquí en el receso y horas libres, tenemos muchas por los exámenes. 

― Pero no deberías estar solo tanto tiempo, ve y disfruta de tu juventud. 

― Te oyes como un anciano. 

― Solo me preocupo por ti. 

― No deberías, no quiero tener problemas con tu nuevo novio. 

― Jake no es esa clase de chico, es más, ni siquiera sé donde demonios es que se metió, te vi de casualidad, estaba buscándolo a él, se llevó mi trabajo. 

― ¿Lo de la USB? 

― Exacto, el idiota este, siempre se olvida de dejarme los trabajos. 

― ¡Hoon! 

― Jake hyung. 

― Hola Sun. 

― Te estaba buscando. 

― Y yo a ti, te dejaste tu trabajo en mi bolsa, tuve que entregarlo yo porque la profe llegó al curso, le dije que habías ido al médico. 

― Gracias. 

― Nada de gracias, me debes una comida. 

― Bien, bien. 

― Sun ¿Está todo bien? Te ves más distraído de lo normal. 

― Ah, es solo que tuve un sueño raro. 

― ¿De qué iba? 

― Uhm, escuchaba a alguien tocar el piano, tenía los ojos abiertos y estaba viendo a la pared de mi habitación, no hacía nada, solo escuchaba que alguien tocaba el piano. 

― ¿Parálisis del sueño? 

― ¿Otra vez las pesadillas? 

― No, no, nada de eso, fue más bien raro en el sentido de que no se sentía como un sueño, yo juraba que estaba despierto hasta que recordé que en realidad no tengo un piano en casa, pero se oía y se sentía tan real. 

― ¿Y qué tocaba? 

― Oh, no estoy seguro, fueron cinco notas diferentes, no una melodía como tal. 

― ¿Nunca has tenido sueños que se sientan reales? 

― No, ni siquiera sé cuando desperté, solo sé que de la nada había amanecido y mi mamá me llamó a comer. 

― ¿Así nada más? 

― ¿Y si no estoy despierto? Jake hyung ¿Eres un sueño? 

― Nah, soy muy real, al menos yo siento que soy real. 

― Basta, no empiecen con dudas existenciales los dos y tú dile a tu mamá que te vuelva a dar las pastillas, si vuelves a tener pesadillas será un problema. 

― No fue una pesadilla, siento que descansé lo que no había descansado en años. 

― Bueno, como sea, solo asegúrate de tomar las pastillas. 

― No quiero, me dan mucho sueño. 

― Para eso son, te aseguran dormir sin sueños también. 

― No, este sueño es bueno, es mejor si es recurrente. 

― ¿Eso crees? 

― ¿Tienes sueños recurrentes? 

― Sí, desde pequeñito, tengo sueños que vuelven muchas veces o tramas de sueños que continúan cada tanto. 

― Pero dices que no estás cansado como antes. 

― Ajá, fue relajante, solo es raro que se haya sentido tan real. 

― Uhm, bien. 

― Bueno, supongo que seguirás estudiando. 

― Sí, por un momento más. 

― Tu mamá se va a quedar hasta tarde en el trabajo hoy, te acompañaremos a tu casa. 

― No tienes que hacer eso. 

― En realidad fue idea mía, no me siento tranquilo con que vayas por ahí solo. 

― Jake hyung, no es necesario, de verdad.

― Vamos, no es lindo volver solo.

― Bien.

― Bueno, hasta luego, creo que la próxima clase no la tendremos libre, cuídate.

Sí, había descansado muy bien, tanto física como mentalmente, había descansado como nunca, pero la inquietud sobre el sueño seguía en su mente que estaba empezando a sentirse cansado otra vez, así que decidió mejor olvidarlo. 

Esa noche volvió a escuchar el piano. 

Hate that I love you | sunkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora